Organiza: Observatorio de la Política China
Ponencias: I Sesión: POLÍTICA + II Sesión ECONOMÍA Y SOCIEDAD +
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CONCLUSIONES
La edición de este año ha contado con una primera particularidad a destacar, la contribución del profesor Romer Cornejo, a modo de lección inaugural, aproximándonos sus particulares e interesantes reflexiones sobre las perspectivas del sistema político chino, una cuestión clave que también ha estado presente en el debate de la primera sesión, la política. El profesor Cornejo, reputado sinólogo del área iberoamericana, indagó en la adecuación del ideario político liberal a la realidad china, un tema de gran trascendencia justamente ahora en particular por los llamamientos multiplicados de los nuevos dirigentes a la conformación progresiva de un Estado de Derecho, una fórmula que, por sus propias limitaciones a día de hoy, más bien se antojaría próxima a un Estado con derecho continuador de la extinta tradición legista.
En las tres secciones hemos contado con contribuciones de ponentes de países (China, Cuba, España, México, Panamá o Perú) y filiaciones diversas (desde la universidad, la academia o los medios de comunicación), manteniendo un fluido diálogo con los inscritos en la edición de este año, incrementados en más de un 100 por cien con respecto al ejercicio anterior.
Las preocupaciones esenciales se han centrado en asuntos como la pervivencia de trazos del modelo soviético en la política china, las expectativas de una democratización a la occidental, las nuevas formas de gobernanza, incluida la electrónica, la institucionalización de las reglas de juego ligadas a la sucesión, la presencia de las elites empresariales en la política china y su significado tanto en el orden propiamente económico como estratégico, la corrupción, la codificación del sistema jurídico, el papel político de las clases medias, las nacionalidades minoritarias o, por supuesto, el sueño chino tan de moda. En todas estas cuestiones se ha destacado la necesidad de afrontar una complejidad que se nutre de un acervo histórico y cultural específicos, procurando alejarse de los tópicos y simplezas que a menudo proliferan a la hora de abordar la situación china.
En el área de economía y sociedad, las preocupaciones también ha sido muy variadas: desde los alimentos transgénicos a los riesgos de una crisis financiera en China motivada por las deudas locales y otros factores; también la presencia del gigante asiático en América Latina y la temática urbana y su añadido del hukou, cuestiones ligadas al reciente impulso urbanizador. En otro orden, el debate sobre el futuro de la censura y los efectos de las redes sociales en la agenda informativa con una influencia en el orden político-social nos alerta de la persistencia de una tensión constante entre apertura y bloqueo cuyo resultado final es, a día de hoy, incierto.
En materia de relaciones exteriores y seguridad y defensa, la consideración de China como potencia revisionista o no, la caracterización de su ayuda al desarrollo, las implicaciones de su esfuerzo en defensa, la diplomacia de las ciudades y, sobre todo, las relaciones sino-rusas a la vista de proyectos como la Ruta de la Seda o de conflictos como el de Ucrania, nos han reflejado las nuevas magnitudes e intensidades de una política exterior que manifiesta claros síntomas de transformación.
En su conjunto, la percepción global que transmite la atmósfera de este IV simposio es que nos hallamos ante un momento de cambio que va más allá de lo económico, aunque este sea un aspecto ciertamente destacable. Por el contrario, encara retos decisivos en lo político y en otros órdenes, lo cual sugiere la profundización de ciertas conductas que pasarán a ser más asertivas y más homologables aunque no necesariamente idénticas a las consolidadas en otras
latitudes. El camino propio se afianza con una mano en el exterior pero con otra en las claves internas que siguen moldeando el proceso chino y ello tendrá una expresión sistémica determinada e igualmente podrá derivar en una vía singular en el plano de las relaciones internacionales.
Gracias a todos por la participación en esta nueva edición del simposio. Esperamos que este esfuerzo colectivo contribuya poco a poco a cimentar algo más las bases de una visión iberoamericana del proceso chino, que desde la pluralidad de sus integrantes y visiones responda a nuestros propios códigos, principios, intereses y prioridades.
Confiamos en poder contar con vuestra implicación en próximas ediciones.