Redacción
25/09/2013
Concretamente, el
Ministerio de Protección del Medioambiente espera que estas regiones de la costa china reduzcan su consumo de carbón en 83 millones de toneladas métricas a finales de 2017.
Para conseguirlo mucha de la industria de estas zonas se verán obligadas a reducir su producción, por ejemplo en el caso de la producción de acero. El carbón deberá sustituirse por otras fuentes de energía como el gas natural o la energía renovable (eólica o solar).
La administración china pretende rebajar en un 25% de las partículas contaminantes en
la región de Beijing-Tianjin-Hebei, al norte de China, y más del 10% a nivel nacional para 2017.
El objetivo del gobierno es reducir su consumo de carbón hasta conseguir situarlo por debajo del 65 por ciento del total del consumo energético en 2017.
China también utilizará la política de precios de la gasolina y el diesel para intentar reducir la contaminación a través de la calidad del combustible. Subirán más los precios del combustible que contamina más.
En los próximos años se aplicarán estándares más estrictos sobre la
calidad del combustible de automóviles con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 y evitar la niebla o smog tóxico que se ha vivido en algunas ciudades, como Pekín, desde principios de 2013.
El Consejo de Estado ha ordenado que el contenido de azufre de la gasolina y el diésel se reduzca a no más de 10 ppm (partes por millón) de cara al 2017, en comparación con las 50 ppm del estándar de cuarta fase que se utiliza en la actualidad.
La contaminación medioambiental se ha convertido en una de las principales causas de protestas sociales en China.