Redacción
01/08/2013
La actividad manufacturera de China ha registrado un leve aumento en el mes de junio, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, pero no alejan el riesgo de una ralentización de la economía, ya que una vez más no coinciden con el sondeo que publicó hace unos días el HSBC.
Según los datos oficiales, que la administración china publica cada principios de mes, el Índice de Gestores de Compras (PMI, siglas en inglés) del mes de julio
ha subido hasta el 50,3, unas décimas por encima del 50, 1 registrado en junio. La recuperación se debe a un aumento de las nuevas órdenes de compras.
Mientras que según el sondeo que realiza el servicio de estudios del HSBC, el PMI del mes de julio ha caído hasta el 47,7, frente al 48,2 registrado en junio. La encuesta que realiza el HSBC se basa en las cifras de compañías privadas y pequeñas empresas, por ello difiere del oficial que tiene en cuenta los datos de las grandes empresas estatales.
Un PMI por encima de la barrera de los 50 puntos se traduce en expansión de la economía y por debajo significa contracción de la actividad económica.
Con los datos de julio, el gobierno chino suma diez meses consecutivos de crecimiento de la economía y por ello defiende que el PMI de julio marca una tendencia hacia estabilización de la economía.
Aunque en el segundo trimestre de 2013 el crecimiento del PIB ha caído hasta el 7,5%, frente al 7,7% registrado en el primer trimestre, el gobierno se muestra confiado en que durante el segundo semestre la economía se estabilizará y esquivará la desaceleración provocada por la caída de la demanda de sus exportaciones.
La semana pasada se aprobaron nuevas medidas para impulsar el crecimiento de la economía cómo el apoyo a las exportaciones, con deducciones y simplificaciones en los trámites de aduanas. También se anunció que las pequeñas empresas que facturen menos de 3.257 dólares mensuales quedarán exentas de pagar el IVA.
Para tranquilizar a los mercados Pekín ha ordenado realizar una auditoría nacional de la deuda pública y así evaluar el riesgo real del endeudamiento de los gobiernos locales.
En su último informe el FMI estimaba que las deudas del gobierno central y la administración local ascendían al 45% del PIB y aconsejaba a Pekín controlar su crecimiento y adoptar medidas de ajuste.