Redacción
05/08/2013
En una
rueda de prensa en Pekín, Theo Spierings, director ejecutivo de Fonterra, ha admitido que algunos productos, incluida la leche en polvo para bebés, han podido contaminarse por una bacteria que puede llegar a causar botulismo.
La bacteria clostridium botulinum se ha podido detectar en la cañería de una de las plantas y habría contaminado algunos productos. Se ha encontrado presente en algunos lotes de proteínas de suero de leche, un componente que se utiliza en la fabricación de productos de alimentación infantil y también en bebidas energéticas.
El botulismo es una toxina que afecta al sistema nervioso y en niños menores de un año puede provocar parálisis cerebral.
Los posibles lotes contaminados han sido exportados a China, Malasia, Vietnam, Tailandia y Arabia Saudí.
Fonterra ha vendido la proteína de suero contaminada a otras empresas para que elaboren sus productos. Aunque se ha negado a publicar una lista de clientes ha asegurado que ya los ha advertido para que realicen controles.
La empresa neozelandesa asegura que ya tiene controlados el 90% de los lotes y asegura que de momento no tiene constancia que nadie haya enfermado.
China anunció el sábado que suspendía las importaciones de leche en polvo de Nueva Zelanda, ante el riesgo de contaminación, tras descubrir lotes con la bacteria que puede provocar el botulismo. Rusia también se sumó a la medida.
Nueva Zelanda es el primer exportador de lácteos del mundo y la amenaza de contaminación en los productos de una de sus principales empresas exportadoras cuestiona toda su producción.
El primer ministro neocelandés, John Key, ha pedido explicaciones a Fonterra por el retraso en admitir el problema y activar la alarma. La industria láctea representa el 3% del PIB del país y cualquier problema de imagen o alarmas por riesgo de contaminación alimentaria afectará al conjunto de las empresas de Nueva Zelanda.
En esta ocasión el gobierno chino ha actuado con contundencia y celeridad ante el riesgo de contaminación alimentaria ya que la sociedad se ha sensibilizado mucho ante estos temas. Especialmente tras el escándalo de 2008 en que al menos seis bebés perdieron la vida y unos trescientos mil enfermaron por consumir leche en polvo contaminada.
En aquel caso se trató de un fraude alimentario. La leche estaba mezclada con melamina. El suceso provocó protestas en las calles ante la falta de control en la cadena alimentaria. Dieciocho personas fueron detenidas y acusadas del fraude y dos condenadas a muerte.
Actualmente el 80% de los productos lácteos que se consumen en China provienen de Nueva Zelanda. Los chinos consumen muy poca leche y derivados ya que tiene problemas de tolerancia a la lactosa. La mayoría del consumo es de lactantes o niños en edad escolar.