Redacción
08/08/2013
El 8 de agosto de 1988 los estudiantes convocaron una huelga general a la que se sumó la población y cientos de miles de personas se manifestaron en las calles de Rangún (Yangón) exigiendo la democratización del régimen y el final del régimen del general Ne Win.
Las protestas duraron hasta el 18 de septiembre y los militares las reprimieron duramente.
Se calcula que unos tres mil manifestantes murieron en enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad y miles fueron detenidos. Las actual Premio Nobel de la Paz y líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, participó en la revuelta y se convirtió en la cara del movimiento pro-democrático.
La revuelta provocó que se formara un nuevo gobierno provisional que se viera obligado a convocar unas elecciones que se celebraron en 1990. El partido de Suu Kyi, la Liga Nacional Democrática, ganó los comicios, pero la junta militar no respetó el resultado y detuvo a los máximos dirigentes.
Los militares se mantuvieron en el poder hasta 2011 en, que tras una proceso de transición tutelado directamente por ellos, traspasaron el gobierno al vencedor de las elecciones celebradas en noviembre de 2010, el exgeneral Thein Sein.
En pleno proceso de apertura democrática, por primera vez se permite conmemorar públicamente el aniversario e incluso en algunos actos han participado representantes del gobierno que está formado por exgenerales del ejército.
En varias ciudades del país se han celebrado actos de homenaje e incluso se han montado exposiciones para recordar los sucesos. En la antigua capital y todavía principal ciudad del país, Rangún, se ha celebrado una
manifestación que no estaba autorizada, pero que ha podido discurrir sin grandes incidentes.
Desde la celebración de las elecciones, el nuevo gobierno ha llevado a cabo una política de reformas que ha incluido la liberación de presos políticos, acuerdos de alto el fuego con algunos grupos de las minorías étnicas y sobre todo ha permitido que Aung San Suu Kyi, liberada del arresto domiciliario, pudiera presentarse a unas elecciones parciales, obtener un escaño en el parlamento y liderar oficialmente la oposición.
La apertura política ha sido reconocida por la comunidad internacional con un levantamiento paulatino de las sanciones y la posibilidad de facilitar inversiones económicas.