Redacción
10/07/2013
En el mes de junio las exportaciones chinas han caído un 3,1%, respecto al año anterior, y las importaciones un 0,7%. Los datos del comercio chino sugieren que la economía china se está desacelerando de forma más profunda de lo proyectado.
Las
exportaciones chinas siguen lastradas por la desaceleración de la demanda provocada por la crisis económica mundial.
Las ventas al exterior han sufrido un recorte cuando se esperaba que siguieran recuperándose y han caído un 3,1%
interanual, frente al uno por ciento que crecieron en mayo.
Es la primera vez desde enero de 2012 que se registra un descenso de las exportaciones. En el mes de junio el superávit comercial se ha situado en los 27.100 millones de dólares.
La contracción de las importaciones demuestra las dificultades para impulsar el consumo interno, máxima prioridad del gobierno para compensar la caída de las ventas al exterior y para cambiar el modelo económico.
A pesar de los indicadores que se van publicando y de las alertas de diferentes medios económicos, no hay que olvidar que las previsiones más negativas sobre el crecimiento chino lo sitúan siempre por encima del 7%.
Aunque lejos de los dos dígitos a los que se había acostumbrado, la segunda economía mundial seguirá creciendo a un ritmo bastante envidiable si se compara con la eurozona o con Estados Unidos.
China dará a conocer los datos oficiales del segundo trimestre el
15 de julio. Se espera que el crecimiento del PIB se sitúe en el 7,5%, por debajo del 7,7% registrado en los primeros tres meses del 2013 y sumando dos trimestres seguido de ralentización.
Subida de la Inflación
La inflación ha aumentado por encima de las previsiones. Los datos del mes de junio muestran que el IPC se ha incrementado un 2,7%, seis decimas más que en el mes anterior en que se sitúo en el 2,1%.
La subida de los precios de los alimentos, especialmente del cerdo, ha sido el principal responsable del aumento del IPC. Sin embargo, la tasa de inflación se mantiene por debajo de las previsiones del gobierno que espera cerrar el año con un objetivo del 3,5%.
Ante estos datos, los analistas creen que el Banco de China no recortará los tipos de interés y mantendrá su política de enfriar el crédito para intentar frenar la burbuja crediticia.