Redacción
01/07/2013
Cinco días después de desplazar a Julia Gillard del cargo de primera ministra, Kevin Rudd ha presentado a su nuevo gabinete que hoy lunes ha jurado sus cargos ante la gobernadora general de Australia, Quentin Bryce, y ha celebrado su primera reunión ejecutiva.
Rudd ha optado por rodearse de sus más
estrechos colaboradores dentro de las filas del Partido Laborista y ha conseguido formar un gobierno a su medida sin problemas, tras la renuncia de los files a Gillard.
Al nombrar a seis nuevas ministras, que junto a las que se han mantenido en el gobierno suman once mujeres con cartera ministerial, Rudd ha constituido el ejecutivo con mayor presencia femenina en la historia de Australia.
Chris Bowen se hace cargo de la cartera de Hacienda, Joel Fitzgibbon ha sido nombrado ministro de Agricultura, Kim Carr, ministro de Industria y Ciencia, Richard Marles, ministro de Comercio, entre otros cambios.
Rudd asegura que el principal objetivo del nuevo gobierno, al que como mucho le quedan dos meses y medio de vida hasta las elecciones, es fortalecer la economía y para ello pretende impulsar el sector manufacturero y llegar a acuerdos con sindicatos y empresarios.
El nombramiento de Kevin Rudd ya ha tenido respuesta en los sondeos. Según algunas de las encuestas publicadas, el Partido Laborista, con Kevin Rudd, al frente mejora en seis puntos su intención de voto. Además Rudd tiene mejor valoración como futuro primer ministro que su contrincante, el conservador Tony Abbott.
El pasado 27 de junio Kevin Rudd derrocó a la primera ministra y líder del Partido Laborista, Julia Gillard, en una votación interna en el seno de la formación tras unas encuestas que vaticinaban una gran derrota del laborismo ante su fuerte caída de popularidad.
A pesar que Rudd, primer ministro entre 2007 y 2010, siempre ha tenido mucha popularidad entre los votantes en el seno del partido había acumulado un gran número de detractores por su forma autoritaria, personalista y desordenada de trabajar.
Al jurar el cargo Rudd también ha asegurado que había aprendido de sus errores y que a partir de ahora intentaría trabajar en equipo.
El líder de los conservadores,
Tony Abbott, ha exigido a Rudd que concrete si las elecciones se celebrarán tal como está previsto el 14 de septiembre o si como muchos medios sostienen se avanzarán al mes de agosto para evitar el desgaste del nuevo primer ministro y aprovechar el tirón del cambio de liderazgo entre los laboristas.