Dolors Rodríguez
04/07/2013
A pesar de lo difícil de la tarea, la realizadora india consigue salvar con cierta nota el difícil reto de convertir esta novela río, que recorre la historia de la India desde el momento de su independencia hasta la década de los ochenta, en una película con identidad propia.
En la medianoche del 15 de agosto de 1947, en el momento que se proclama la India como país independiente, nacen en un hospital de Bombay dos niños, Saleem y Shiva, que son intercambiados en sus cunas por la comadrona. Ellos, al igual que otro millar de bebés, llegan al mundo dotados de poderes sobrenaturales, son “los hijos de la medianoche”, nacen al mismo tiempo que su país y son la primera generación libre de la India.
Deepa Mehta nos conduce con soltura por una historia llena de secretos de familia, amores prohibidos y poderes mágicos para, a través de la vida y el enfrentamiento de Saleem y Shiva, recorrer la accidentada historia de la India moderna.
Mehta consigue dotar a su historia del humor y la ironía que encontramos en el libro y aunque a un ritmo pausado, como es habitual en su cine, trazar un trepidante mosaico de las convulsas primeras cuatro décadas de la India (la traumática división con Pakistán, los enfrentamientos interétnicos entres hindúes y musulmanes, la guerra en Pakistán y el nacimiento de Bangladesh, las cuestionadas políticas de Indira Gandhi al declarar el estado de emergencia…).
El mayor logro de la directora es convertir lo que podría ser una densa epopeya de la India moderna en un relato ligero con interesantes elipsis visuales.
Los amantes del libro posiblemente echen en falta los toques de realismo mágico que hace tan particular esta novela y que, llevados al cine, parecen un tanto pobres o pierden su magia.
Deepa Mehta vuelve a mostrar su destreza para construir una historia que habla con la composición de sus imágenes, más que con sus diálogos.
Pero también para mostrar una India, un tanto de postal. Esa India que tanto gusta ver a Occidente donde la pobreza, la suciedad o la brutalidad siempre nos llegan envueltas de la belleza de sus colores y del exotismo.
Una India donde los sucios suburbios de Bombay son un lugar donde la gente es pobre, pero feliz y donde los vivos colores de los saris y las especies tapan el hedor de las cloacas.
Una India donde, como en filmes como “Fuego” o “Agua”, la barbarie, la intolerancia o la discriminación quedan un tanto amortiguadas por la serenidad y la dignidad con la que sus personajes sobrellevan la injusticia.
El filme distribuido por
DeAPlaneta se estrena el
5 de julio de 2013 en España
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El regreso de los hijos de la medianoche