Redacción
23/05/2013
La multinacional Ford cerrará las plantas de producción de Broadmeadows y Geelong, situadas en el Estado de Victoria, en el sur del país, y
despedirá a 1.200 trabajadores. El cierre provocará una cascada de despidos indirectos en las empresas de componentes de automóvil que se calcula puede llegar a la pérdida de más de 2.500 puestos de trabajo.
La caída de las ventas y los altos costes de producción son las razones que ha dado el fabricante de automóviles para abandonar la producción en Australia y mantener su expansión en otros destinos asiáticos.
Ford, que empezó a fabricar coches en Australia en 1925, asegura que en los últimos cinco años han registrado unas pérdidas de 580 millones de dólares en este país.
Además, los costes de producción son el doble de caros que en Europa y cuatro veces más caros que en Asia. La fortaleza del dólar australiano, que en el último año se ha revalorizado un 29% frente al yen, representa un gran lastre para la competitividad de la economía australiana y daña sus exportaciones.
Otras empresas automovilísticas también se han visto afectadas: el año pasado General Motors recortó 500 puestos de trabajo, también en el Estado de Victoria.
En un último intento por mantener las plantas de producción de Ford,
el gobierno ha ofrecido un paquete adicional de incentivos que la empresa estadounidense ha rechazado.
Desde la empresa, los presidentes de Ford Australia y Ford Asia-Pacífico, han asegurado que la decisión es firme y no hay nada que el gobierno australiano pueda ofrecer para cambiar la situación. Las dos plantas se cerrarán en 2016 y Ford mantendrá la red dedicada a la importación y venta de vehículos que da trabajo a unas 1.500 personas.
El año pasado el gobierno aprobó un fondo de ayudas para el sector del automóvil de 5.400 millones de dólares estadounidenses. Ford debía recibir 34 millones de ayuda hasta finales de 2016.
El anuncio de cierre de Ford hace que en Australia se vuelva a cuestionar a través de los medios de comunicación la política de ayudas económicas dadas al sector del automóvil, que de momento no está dando el resultado deseado.
También se ha vuelto a activar las críticas a la polémica ley de tasas que grava las emisiones de C02 para luchar contra el cambio climático. Para sus detractores, este impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono que emiten las empresas resta competitividad al sector manufacturero australiano. Los conservadores han asegurado que lo eliminarán si ganan las elecciones previstas para septiembre.
Ford apuesta por Asia
La decisión de abandonar la fabricación en Australia contrasta con la firme apuesta de Ford por la región Asia-Pacífico y especialmente por China y la India como mercados de futuro.
Ford espera que el 70% de su crecimiento en los próximos años provenga de Asia y África, según un comunicado de la compañía. La empresa apuesta por que China se mantenga como el primer mercado mundial de automóviles y la India se convierta en diez años en el tercero.
En el mes de abril las ventas de Ford en China han crecido un 37% respecto al mismo periodo del año anterior, y en lo que va de años las ventas se han incrementado un 49%, respecto al año pasado.
Ford ha invertido 450 millones de dólares en la construcción de una planta para fabricar el Ford Focus en la provincia de Rayong, en Tailandia y 1.000 millones en la construcción de otra planta en el estado de Gujarat, en la India, que será capaz de fabricar 240.000 vehículos al año en 2014.