Redacción
29/05/2013
La difícil situación de la economía mundial, que afecta directamente a las exportaciones chinas, ha provocado que el FMI reduzca el pronóstico de crecimiento del PIB chino al 7,75% en 2013 y al 8,25% para 2014. A pesar de ello, estas previsiones superan las proyecciones del gobierno de Pekín, que anticipa un crecimiento de su economía del 7,5% para este año.
El recorte de previsiones del
FMI se da a conocer a tan solo una semana después que el HSBC publicara que la actividad industrial china se había contraído, por primera vez en siete meses, provocando una fuerte caída en las bolsas internacionales.
Según el servicio de estudios del HSBC, el Índice de Gerentes de Compra (PMI, siglas en inglés) del mes de mayo se ha situado en los 49,6 puntos, lejos de los 50,4 puntos de abril y por primera vez en siete meses por debajo de los 50 puntos, el listón que separa la contracción de la expansión.
China todavía no ha publicado sus datos oficiales del mes de mayo aunque, por otra parte, las estadísticas de Pekín siempre son cuestionadas.
Otras instituciones como Bank of America, Merrill Lynch o Standard Chartered también han recortado sus previsiones de crecimiento del PIB chino por debajo del 8%, aunque todas las dejan por encima de los datos previstos por el gobierno chino.
El FMI cree que China cerrará 2013 con una inflación del 3%, mientras que el superávit por cuenta corriente se mantendrá en torno al 2,5% del PIB.
La institución advierte que la financiación social ha aumentado preocupantemente y recomienda al gobierno que controle las instituciones estatales, especialmente a los bancos, empresas públicas y gobiernos locales. Al organismo le preocupa la calidad de la inversión y su impacto en la capacidad de pago.
El FMI también asegura que la moneda china sigue estando moderadamente infravalorada.
El primer ministro chino, Li Keqiang, ha vuelto a reafirmar esta semana que la economía china se enfrenta a serias incertidumbres, pero que la clave para mantener el ritmo de crecimiento es transformarla y desarrollar una industria de servicios.
En 2012 el sector servicios representaba sólo el 44,6% del PIB y creó el 36% del total de empleos del país, unos porcentajes inferiores a otros países. Teniendo en cuenta que China es un país de 1.300 millones de habitantes, la demanda de servicios sólo puede aumentar.