Redacción
11/03/2013
Se ha guardo un minuto de silencio en todo el país a la hora exacta en que se produjo el terremoto, las 14.46 hora local. En una ceremonia celebrada en el Teatro Nacional de Tokyo el emperador Akihito ha expresado su profundo pésame a los familiares de las víctimas.
El primer ministro, Shinzo Abe, se ha comprometido a acelerar las labores de reconstrucción.
También se han celebrado actos de homenaje en las prefecturas más afectadas -Iwate, Fukushima y Miyagi – con la participación de familiares de las víctimas.
El 11 de marzo de 2011 un terremoto de 9 grados de intensidad en la escala de Richter y un gran maremoto barrió las costas del nordeste del archipiélago, en la región de Kanto. Los datos oficiales
cifran en 20.851 las personas muertas o desaparecidas, es la principal catástrofe en términos de vidas humanas que ha sufrido Japón desde la II Guerra Mundial.
Estas cifran incluyen el número de muertos confirmados, 15.881, los desaparecidos, que asciende oficialmente a 2.668, y al menos 2.303 personas que murieron posteriormente a causa de las heridas.
Se calcula en al menos 315.000 la población desplazada que todavía, dos años después, sigue viviendo en alojamientos temporales. Al desastre natural hay que añadirle el accidente nuclear en la central de Fukushima, el más grave de la historia desde Chernobil.
El tsunami destruyó más de 400.000 viviendas y todavía quedan por retirar más de 27 millones de toneladas de escombros.
Lenta reconstrucción
La opinión pública japonesa critica la lentitud en los trabajos de reconstrucción de las zonas afectadas por el tsunami y por el accidente nuclear en la central de Fukushima Daiichi, a pesar de las ingentes partidas presupuestarias aprobadas por el gobierno.
Más de 300.000 personas continúan desplazadas de sus hogares y el pago de las indemnizaciones no avanza al ritmo deseado por los afectados de la tragedia. En algunas prefecturas están a la espera de trazar nuevos planes urbanísticos para reconstruir las localidades en zonas más altas.
En el área que rodea a la central de Fukushima los habitantes no sólo han perdido sus hogares, también se ha perdido las tierras de cultivo.
Los trabajos de descontaminación en la central de Fukushima siguen a un ritmo lento. Aunque la operadora de la central, Tepco, consiguió hace un año la parada en frio, calcula que tardará un decenio en retirar los restos de combustible nuclear de los reactores.
Sin embargo, los datos no son muy fiables, ya que hay partes de la central que todavía no se han evaluado por no ser todavía accesibles y ya se han producido algunos episodios de fuga de gases radioactivos. El riesgo de nuevos seísmos también representa un peligro.
Ante estas críticas el actual primer ministro, Shinzo Abe, se ha comprometido a impulsar los trabajos de reconstrucción, pero también ha defendido su apuesta por la energía nuclear, una decisión impopular.
Ayer día 10 de marzo, en vísperas del aniversario del terremoto y posterior tsunami que provocó el mayor accidente nuclear en la historia de Japón y prácticamente en la historia de las centrales nucleares, una gran manifestación antinuclear con decenas de miles de participantes recorrió las calles de la capital japonesa.
Una encuesta publicada por el diario
Asahi Shimbun muestra que el 74 por ciento de la población japonesa apoya el fin de la energía nuclear.
Después del accidente de Fukushima sólo dos de los cincuenta y tres reactores nucleares que hay en Japón han vuelto a funcionar. El anterior gobierno demócrata apostó por desarrollar las energías verdes y abandonar totalmente la nuclear en 2030. Tras las elecciones de diciembre, el regreso del conservador Partido Liberal Demócrata, de la mano de Shinzo Abe, ha vuelto a replantear la apuesta por la energía nuclear.
Las centrales nucleares aportaban un tercio de la energía que se consumía en Japón. Después del tsunami y el accidente nuclear de Fukushima, Japón tiene un importante déficit energético.
Además de tener que aumentar sus importaciones de carburante, la escasez de energía afecta a las cadenas de producción de las empresas y a los particulares. El pasado verano se establecieron cortes de luz programados durante varias horas al día y se pidió a la población no utilizar el aire acondicionado.
Abe ha anunciado la intención de reactivar los reactores nucleares cuando el comité técnico determine que son seguros. Este proceso de evaluación tardará al menos tres años.
También es cierto que tres años es un periodo muy largo para la normalmente convulsa vida política de un primer ministro japonés. Desde 2007 Japón ha tenido siete primeros ministros.