Redacción
04/03/2013
El hasta ahora presidente del Banco Asiático de Desarrollo (BAD),
Haruhiko Kuroda, es el elegido por el gobierno nipón para sustituir a Masaaki Shirakawa al frente del Banco de Japón (BOJ). Su nombramiento debe ser ratificado por las dos cámaras del parlamento.
Kuroda, de 68 años, es la apuesta del primer ministro Shinzo Abe para conseguir que el banco emisor flexibilice su política y ayude a estimular la economía facilitando la devaluación de la moneda.
Al contrario que el actual presidente Shikarawa, firme defensor del control, Kuroda apuesta por una acción más agresiva para conseguir salir de la endémica deflación y alcanzar el 2% de inflación pactada con el gobierno.
Haruhiko Kuroda es partidario de que el Banco de Japón continúe y sobre todo amplíe el volumen de compra de deuda pública y la diversifique. Apuesta por que el BOJ compre bonos del estado a largo plazo y de extender de 3 a 5 años los vencimientos de la deuda publica comprada por el organismo.
Japón mantiene estables desde hace unos dos años unos tipos de interés superbajos, entre el 0 y el 0,1%. No tiene margen para rebajar el precio del dinero y el gobierno pretende inyectar más liquidez en la economía para activar los créditos y debilitar el yen para que las exportaciones sean más competitivas.
Sin embargo, en la última reunión del G-20 en Moscú ya se ha alertado ante los riesgos que tendría para la economía mundial una guerra de divisas y una carrera para devaluar las monedas.
El gobierno de Abe anunció a principios de año un plan de estimulo de 116.000 millones de dólares para estimular la economía, crear 600.000 puestos de trabajo y conseguir que la inflación se situará en el 2%.
En enero, en una inusual comparecencia conjunta, el Banco de Japón y el gobierno anunciaron nuevas medidas y una campaña de adquisición mensual de activos por valor de 145.000 millones de dólares sin fecha límite.
A pesar de ello los datos del IPC de enero muestran, por tercer mes consecutivo, una tendencia a la baja, lo que demuestra las dificultades de la tercera economía mundial para luchar contra la deflación y salir de la parálisis.