Redacción
08/03/2013
Corea del Norte vuelve a apostar por aumentar la tensión para reforzar la figura de su nuevo líder, el joven Kim Jong-un y también para forzar una negociación con la comunidad internacional desde una posición más ventajosa.
Ayer el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con la aprobación de China, adoptó nuevas sanciones contra el régimen norcoreano por la prueba nuclear realizada en febrero.
La embajadora de Estados Unidos ha descrito las
sanciones como las más duras impuestas por la ONU a un país. El paquete contempla medidas como ampliar el control de capitales de empresas y particulares norcoreanos en el extranjero, reforzar el control e inspección de los barcos norcoreanos y limitar el movimiento de diplomáticos. El objetivo es aislar más a Corea del Norte y dificultar sus actividades comerciales.
Corea del Norte ha anunciado que
anula todos los acuerdos de no agresión firmados con Corea del Sur, además suspende la línea de comunicación directa entre los dos países y cierra la frontera de Panmunjom, en la Zona Desmilitarizada, el principal y casi único punto de intercambio entre las dos Coreas.
En previsión de las sanciones finalmente aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Corea del Norte ya había elevado el tono de su desafío y había anunciado su disposición de romper el armisticio alcanzado con Corea del Sur en 1953, con el que se finalizó la guerra, a partir del lunes. También ha amenazado con ataques nucleares preventivos contra Estados Unidos y Corea del Sur.
El gobierno norcoreano mantiene su política de escalada de amenazas para tensar todavía más las relaciones.
La mayoría de observadores consideran que las amenazas de Pyongyang no dejan de ser retóricas y que buscan una negociación desde una posición de fuerza ante la comunidad internacional, y en clave interna reforzar el liderazgo del joven Kim Jong-un.
Sin embargo, la situación puede ser volátil y se podría producir algún tipo de enfrentamiento dada la escalada de amenazas, especialmente con el inicio de los ejercicios militares que realizan conjuntamente Estados Unidos y Corea del Sur.
El gobierno de Seúl ya ha advertido que responderá a cualquier amenaza a su seguridad y en un comunicado el ejército ha asegurado que está preparado para responder con contundencia a cualquier ataque norcoreano.
Este año se celebra el 60 aniversario de la firma del armisticio, el acuerdo que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953). Nunca se ha firmado un tratado de paz, así que los dos países siguen técnicamente en guerra.
Puede que este año sea una fecha señalada para conseguir avances. Sobre todo teniendo en cuenta que Corea del Norte es un país que necesita ayuda humanitaria internacional para alimentar a su población y que su principal socio comercial y protector, China, empieza a distanciarse.