Redacción
11/03/2013
Entre las medidas más concretas anunciadas por el gobierno ante los 3.000 miembros de la Asamblea figura la supresión del ministerio del Ferrocarril, símbolo de algunos de los grandes males que acompañan el vibrante desarrollo, por ejemplo, de la red de alta velocidad.
El secretario general del Consejo de Estado –gobierno—, Ma Kai, afirmaba ante el pleno que no se han sabido controlar los excesos en el tráfico de influencias de muchos altos cargos que se han aprovechado de su posición de privilegio.
Precisamente, el ex ministro del Ferrocarril Liu Zhijun tuvo que ser cesado ya en 2011 al conocerse detalles de su práctica habitual, el cobro del 4% de comisiones en todos los contratos suscritos para las obras de la impresionante modernización de los trenes chinos.
El descontrol en la gestión de los trenes chinos tuvo su cara más trágica con el accidente de Wenzhou, en julio de 2011, en el que murieron 40 personas.
A partir de ahora, la gestión de los ferrocarriles chinos pasa a la propia compañía y las cuestiones de seguridad al ministerio de Transportes.
En conjunto, la remodelación de la administración china para hacerla más eficaz se resume en la reducción de 27
ministerios a 25.
Hijo único, por el momento
En los últimos tiempos se ha especulado insistentemente con la posibilidad de que China ponga fin a la política del hijo único, la que ha controlado de manera radical el crecimiento de la población.
Pero conforme la sociedad china es cada día más abierta, más reacia a los controles políticos sobre la vida personal, ha crecido la evidencia de que las parejas chinas, especialmente las urbanas, no desean tener familias numerosas, por lo que la regulación podría hacerse sin coerción.
No ha habido novedad, por el momento en relación a la política del hijo único más allá de la integración de la Comisión de Planificación Familiar dentro del ministerio de Salud.
No se puede interpretar hoy por hoy qué significa el cambio. El gobierno chino se limita a sostener que irá modulando la aplicación de la política del hijo único para garantizar la estabilidad demográfica.