Redacción
27/03/2013
La presencia de Suu Kyi en el acto oficial tiene una fuerte carga simbólica de apoyo a la transición política que han pilotado los militares y a la reconciliación nacional. Además, se produce en un momento de crisis, ya que los graves enfrentamientos étnicos que se han registrado contra la población musulmana amenazan la frágil estabilidad de Birmania (Myanmar).
Se calcula que al menos cuarenta personas han muerto y cerca de doce mil musulmanes se han quedado sin hogar tras un estallido de violencia entre budistas y musulmanes, en el centro del país.
El gobierno ha tenido que decretar el estado de emergencia en Meiktila y se ha impuesto el toque de queda en algunas ciudades.
El desfile del Día de las Fuerzas Armadas conmemora el 68 aniversario del levantamiento birmano contra la ocupación japonesa, un levantamiento que precisamente dirigía el padre de Aung San Suu Kyi, considerado el héroe de la independencia del país. El acto se ha celebrado en la nueva capital del país, Naypyidaw, y ha contado con la participación de unos seis mil soldados.
El jefe de las Fuerzas Armadas, el general Min Aung Hlaing, ha defendido en su discurso el papel que el ejército debe mantener en la vida política de Birmania y también ha pedido respeto por las minorías étnicas.
La junta militar birmana ha gobernado el país hasta la celebración de las elecciones de noviembre de 2010 que dieron paso a la transición política y a un gobierno de civiles. Sin embargo, la constitución garantiza que una cuarta parte del parlamento lo ocupen militares designados directamente.
El partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (LND), boicoteó las elecciones alegando falta de garantías democráticas y por no permitir que su líder, junto a los principales dirigentes que seguían en prisión, pudieran participar.
Suu Kyi fue liberada del arresto domiciliario días después de las elecciones, tras pasar casi la totalidad de los últimos veinte años en prisión o recluida en su domicilio.
En abril de 2012 la LND, con Aung San Suu Kyi al frente, se presentó a unas elecciones parciales que ganó por amplia mayoría y ocupó 43 escaños en el parlamento, 22 años después de ganar las elecciones cuyo resultado los militares no respetaron.