El presidente de Google quiere que Corea del Norte se abra a la red
El presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, ha reclamado desde Pyongyang al régimen estalinista que se abra a Internet para romper su aislamiento de la comunidad internacional.
Redacción
10/01/2013
El máximo directivo del buscador más usado ha viajado a Corea del Norte junto al exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, en una misión de buena voluntad, y de carácter privado, para conseguir la liberación de un ciudadano norteamericano prisionero del gobierno norcoreano.
Schmidt considera que el mantenimiento de Corea del Norte al margen del intercambio de información y conocimiento que supone la red y el uso de la telefonía móvil se va a cobrar un alto precio en el desarrollo de este depauperado país.
Actualmente, la inmensa mayoría de los 24 millones de habitantes de Corea del Norte no dispone de acceso a la red ni al teléfono móvil. Solamente la élite comunista tiene acceso.
Se calcula que solamente existen un millón y medio de líneas de telefonía móvil en Corea del Norte, todas ellas en manos de dirigentes y altos funcionarios.
Según datos facilitados por Schmidt durante la visita, existe una Intranet que conecta las universidades norcoreanas entre ellas y un Internet al que solamente pueden acceder responsables del estado y del partido y personas bajo supervisión de funcionarios del régimen. La red norcoreana no está conectada al resto del mundo.
El presidente de Google sostiene que el régimen norcoreano todavía está a tiempo de abrir el uso de la red a la población en general, hecho que facilitaría el impulso y la dinamización de la maltrecha economía planificada norcoreana.
La visita de Schmidt a Corea del Norte la relacionan algunas fuentes con la voluntad de la empresa de ampliar su presencia hasta el último rincón del Planeta, a pesar de saber que regímenes como el norcoreano van a establecer severos controles sobre la red, a imagen de lo que hace China.
El Departamento de Estado norteamericano ha criticado la visita de Richardson y Schmidt a Corea del Norte por considerar que no ayuda a la política exterior de Washington, que intenta presionar a Pyongyang para que detenga su programa de misiles.
Richardson asegura que el viaje tiene una finalidad estrictamente humanitaria puesto que el objetivo concreto era conocer la situación de Kenneth Bae, el ciudadano norteamericano detenido. Aunque no ha podido visitarlo personalmente, Richardson asegura que ha recibido garantías de que su salud es buena y de que los plazos judiciales se cumplen sin demoras.