Redacción
07/01/2013
Cinco de los seis imputados en los hechos han comparecido esta mañana ante el tribunal metropolitano del distrito de Saket, en el sur de Delhi, y han sido formalmente acusados de secuestro, violación y asesinato. El sexto imputado tiene 17 años y será juzgado por un tribunal de menores.
La brutalidad del caso ha levantado una ola de protestas y movilizaciones populares contra las agresiones a las mujeres, sin precedentes en la India. La expectación ante la primera comparecencia de los acusados y el caos que se ha producido en la sala ha obligado a la jueza, Namrita Aggarwal, a interrumpir la sesión mientras diferentes abogados se acusaban mutuamente de intentar defender a los acusados.
El colegio de abogados del distrito de Saket se había negado a defender de oficio a los acusados debido a la brutalidad del crimen y el rechazo popular que ha levantado.
La juez ha decidido que el juicio se realizará a puerta cerrada sin público para evitar incidentes, dada “la situación sin precedentes” que se ha originado en la sala donde se han agolpado gran número de periodistas, abogados y público. Además, el tribunal advierte que la
prensa no podrá publicar ninguna información relacionada con el juicio sin la autorización pertinente.
Dos de los acusados han solicitado al tribunal convertirse en
testigos de la fiscalía, al confesar su culpabilidad, y han rechazado la asistencia legal. La legislación india permite que los fiscales acepten a los acusados como testigos si se siguen algunos requisitos que en este caso generan serias dudas; como que su papel en el delito sea menor y el crimen no haya sido atroz.
Otros dos de los imputados si han pedido asistencia legal para su defensa, mientras que el quinto no se ha manifestado.
La próxima vista se celebrará el 10 de enero. Ante la gravedad del caso y las multitudinarias protestas las autoridades se han comprometido que el juicio se celebre con celeridad, algo inusual para la lenta y burocrática maquinaria judicial de la India.
La joven estudiante de 23 años fue atacada junto a un amigo en un autobús de Delhi el pasado 16 de diciembre. Fue violada y torturada y finalmente lanzada junto a su compañero por la ventana con el autobús en marcha. Murió a causa de las heridas dos semanas después.
La legislación india no permite dar a conocer el nombre real de las víctimas de agresiones sexuales para preservar su privacidad y evitar ser identificadas. Hasta ahora los medios de comunicación se han referido a ella como “Amanat”.
Sin embargo, el padre de la víctima, ha dado a conocer el nombre de su hija, Jyoti Singh Pandey. El padre asegura sentirse orgulloso del comportamiento de su hija y de cómo luchó por su vida. En una entrevista al británico
The Sunday Times ha asegurado que dar a conocer el nombre de su hija dará coraje a otras mujeres que han sufrido este tipo de ataques.
También ha insistido en que espera que a los culpables se les condene a muerte y sean ahorcados. El código penal indio contempla la pena de muerte por asesinato, pero rara vez se aplica, si no es en casos de terrorismo.
La familia también se había mostrado de acuerdo en que se redactará una nueva ley con el nombre de la victima para endurecer las penas contra los abusos sexuales a las mujeres.
En una
entrevista televisada, el amigo de la victima, que sobrevivió al ataque, ha denunciado que estuvieron más de veinte minutos tirados en la calle sin que nadie les ayudara y cuando llegó la policía en vez de socorrerlos discutieron sobre a qué jurisdicción pertenecía el caso, sin llamar a una ambulancia. Asegura que si su amiga hubiera sido atendida más rápidamente puede que no hubiera muerto.