Redacción
16/12/2012
Con una mayoría apabullante, el PLD regresa al gobierno con la posibilidad de sumar fuerzas con su aliado tradicional, el Komeito, y conseguir dos tercios de la cámara de diputados, lo que le permitiría imponer sin contrapesos cualquier tipo de cambio legislativo.
El virtual nuevo primer ministre, Shinzo Abe, es partidario de mantener la dependencia energética japonesa de la energía nuclear, a pesar del drama de Fukushima.
También ha afirmado sin complejos su voluntad de mantener posiciones más duras frente a China, especialmente en el contencioso por la soberanía de las islas Senkaku.
El hasta hoy jefe de gobierno, Yoshihiko Noda (fotografía en su toma de posesión), reconocía de inmediato la derrota sin paliativos y anunciaba su dimisión en el liderazgo del Partido Demócrata.
La formación que consiguió hace tres años poner fin a cinco décadas de hegemonía política del PLD no ha sido capaz de convencer a un país atenazado por la parálisis económica i sacudido por la catástrofe de Fukushima, el tsunami que originó en marzo de 2011 el accidente nuclear más grave después del de Chernobil.
Sus intentos de reducir el déficit y el alto nivel de endeudamiento con una fiscalidad aplicada al consumo han conllevado la sentencia definitiva de Noda y del Partido Demócrata, ya muy tocado por su errática gestión de la crisis de Fukushima.