Redacción
16/10/2012
Si bien en los últimos años la economía se ha abierto cada vez más, las exportaciones totales de mercancías han seguido siendo limitadas, y representan, de media, el 18 por ciento del PIB desde 2006.
Las exportaciones siguen estando muy concentradas, tanto en lo que respecta a los productos como a los destinos. Actualmente, las exportaciones consisten principalmente en prendas de vestir confeccionadas destinadas a la Unión Europea y los Estados Unidos, extremo que entraña cierto riesgo.
No obstante, como reputado productor de prendas de vestir de bajo coste,
Bangladesh ha aumentado su participación en el mercado mundial en los últimos años. Se prevé que esta tendencia continúe a medio plazo, lo que permitiría mitigar el impacto del lento crecimiento de las economías avanzadas.
En los últimos años, Bangladesh ha registrado un crecimiento considerable –por encima del 6% anual-- y, dadas sus ventajas intrínsecas (especialmente un pujante sector privado y una importante reserva de mano de obra barata), las perspectivas de que ese crecimiento continúe son relativamente buenas, según la
OMC.
Los costes unitarios de la mano de obra en el sector dominante de las prendas de vestir son muy inferiores a los de los competidores más próximos. Los inversores extranjeros están mostrando interés en la relocalización en gran escala de industrias de uso intensivo de mano de obra, especialmente las de prendas de vestir y otras manufacturas textiles.
Además, algunos sectores como los de la construcción naval, los productos farmacéuticos, los productos cerámicos y los productos alimenticios elaborados, congelados han mostrado cierto dinamismo en los últimos años.
Aunque las perspectivas son alentadoras, tanto las exportaciones de prendas de vestir confeccionadas como las remesas son vulnerables a las perturbaciones: en el caso de las prendas de vestir, la vulnerabilidad está relacionada con la demanda externa, los conflictos laborales internos y los cambios en el acceso a los mercados; y en el caso de las remesas, con los cambios en la reglamentación y las políticas laborales, o las perturbaciones en Kuwait o en Arabia Saudita, donde vive más de la mitad de la población emigrante de Bangladesh.
Un deterioro de las perspectivas para las exportaciones y las remesas podría dar lugar a una importante presión externa, especialmente porque, en la mayoría de los casos, las corrientes de inversión extranjera directa siguen siendo escasas. Se ven limitadas por el régimen comercial, infraestructuras deficientes, problemas de gobernanza y un difícil clima empresarial.
Las perspectivas de crecimiento a más largo plazo dependen de que se generen recursos suficientes para mitigar los problemas de infraestructura y para crear un entorno empresarial competitivo centrado en las actividades de uso intensivo de mano de obra.