Redacción
17/10/2012
La inflación china cae hasta el 1,9% interanual en septiembre y suma siete meses consecutivos de descenso. El control del IPC junto a un importante repunte del sector exportador permitirá al gobierno chino implementar más medidas de estimulo para activar el crecimiento.
Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística muestran que el Índice de Precios al Consumo (IPC) se ha situado en septiembre en el 1,9%, respecto al mismo periodo del año anterior, una décima por debajo del 2% registrada en agosto. El objetivo del gobierno es cerrar el año con una inflación del 4%.
Al control de la inflación se suma el relativo buen dato del sector exportador. A pesar que las exportaciones chinas siguen lastradas por la desaceleración de la demanda de Europa y Estados Unidos, en septiembre han crecido más de lo esperado, un 9,9%, respecto al año anterior, y sobre todo frente al raquítico 2,7% de agosto.
La caída de la inflación permitirá al gobierno chino
flexibilizar más la política monetaria para incentivar el consumo interno y potenciar el crecimiento.
En los últimos meses ya se ha reducido en tres ocasiones la tasa de reserva que se exige a los bancos y se han bajado los tipos de interés dos veces con el objetivo de inyectar liquidez en el mercado, facilitar el crédito y estimular el consumo de empresas y particulares.
Las autoridades de Pekín confían en que las medidas de estímulo, junto a las inversiones en infraestructuras den resultados en el cuarto trimestre del año, para el que han previsto un crecimiento del 7,7% y con él superar el objetivo de un 7,5% marcado para 2012.
En su último informe, el FMI pronostica un crecimiento de la economía china del 7,8% para 2012 y del 8,2% para el próximo año y alerta de que, a pesar de que China seguirá siendo la locomotora de Asia, las economías emergentes acusarán seriamente el deterioro de la economía mundial.