Redacción
09/08/2012
La tasa de inflación cae hasta el 1,8% en el mes de julio. El control sobre la inflación da un respiro al gobierno de Pekín que podrá aplicar nuevas medidas de estimulo a la desacelerada economía china.
El Índice de Precios al Consumo (IPC)
ha crecido en julio un 1,8% respecto al año anterior. Es la tasa más baja de los últimos dos años y medio. En junio la inflación se sitúo en el 2,2% y en mayo había crecido un 3%.
Si se confirma la tendencia China podría cerrar 2012 con una inflación más baja del 4% previsto inicialmente. La inflación en el primer semestre se sitúa en el 3,1%.
La bajada de precios de alimentos básicos como el cerdo, que ha caído un 18,7%, la ternera o las aves de corral han sido los responsables de la contención de la inflación.
Además también se ha registrado una caída del índice de precios al productor del 2,9% anual. Es el quinto mes consecutivo que este indicador desciende.
El buen comportamiento de la inflación da oxigeno al gobierno chino para implementar nuevas medidas que estimulen el consumo interno para paliar la caída de las exportaciones. La economía china se ha desacelerado en el segundo trimestre y ha crecido sólo un 7,6%, el ritmo más lento de los últimos tres años.
El gobierno ya ha adoptado medidas para impulsar el consumo interno como las dos bajadas de los tipos de interés aprobadas en junio, junto a la reducción de la tasa de reserva exigida a los bancos. Es muy posible que a partir de agosto el Banco de China apruebe una nueva bajada de los tipos de interés para estimular el crédito.
La crisis mundial y especialmente el deterioro de la eurozona castigan las exportaciones chinas. Aunque la segunda economía del mundo crece un nada desdeñable 7,6%, es el ritmo más lento desde la crisis financiera global de 2009.
El primer ministro Wen Jiabao ha asegurado que la prioridad del gobierno es apoyar el crecimiento.