El superávit comercial chino se dispara en junio debido al retroceso de las importaciones
El superávit comercial chino se ha disparado en junio por el tímido crecimiento de las importaciones. Con todo, las exportaciones tampoco dan mucho margen para el optimismo, al contrario, con un crecimiento inferior al de mayo, prueban la apatía de la demanda global.
Redacción
10/07/2012
En efecto, los datos de la balanza comercial este mes de junio ofrecen un doble motivo de preocupación, tanto en el plano interno como en el global.
Las exportaciones chinas crecieron un 11,3% el mes pasado respecto a junio de 2011, marcadamente menos que en mayo, cuando la expansión fue del 15,3%.
Algunas previsiones sitúan el crecimiento de las exportaciones en los próximos meses alrededor del 8%, motivo de preocupación para los dirigentes chinos, que ven como pierde fuerza uno de los principales motores de la economía.
De ahí que el primer ministro chino, Wen Jiabao, ya haya advertido de la necesidad para las empresas chinas de explorar mejor los mercados emergentes de Asia,
En cuanto a las importaciones, los datos no ofrecen lugar a dudas respecto a la caída de la demanda en un mercado emergente que en esta crisis se ha convertido en un motor de la economía mundial.
En junio las compras al exterior crecieron respecto al mismo mes del año pasado tan solo un 6,3%, es decir, la mitad que en mayo, 12,7%.
Pekín trabaja para la reactivación
El Banco de China aprobaba la primera semana de julio una rebaja de tipos de interés, la segunda en menos de un mes, en un claro intento de frenar la ralentización de la actividad.
Otra prueba de los riesgos de desaceleración de la economía china llegaba esta semana con la constatación de que la inflación se situaba en un 2,2%, el nivel más bajo en veintinueve meses.
Síntoma de cansancio, el dato no es malo en este nuevo escenario de incertidumbres ante el que el gobierno chino ya ha anunciado medidas de estímulo destinadas a reactivar la economía.
Sin embargo, el hecho de que los datos de intercambio comercial den como resultado un superávit tan abultado incrementará la presión sobre las autoridades chinas para que asuman una más clara apreciación del yuan.
A unos meses de las elecciones presidenciales norteamericanas, Washington no va a dejar pasar la oportunidad de intentar aplacar a su sector industrial exigiendo a Pekín que ponga fin a prácticas proteccionistas derivadas de una divisa artificialmente baja en relación con el nuevo potencial económico de la República Popular.
En los últimos años, China ha ampliado progresivamente el margen de fluctuación del valor del yuan, pero sin que ello haya modificado sustancialmente la relación con las otras principales divisas, dólar y euro.