Redacción
25/07/2012
En su última evaluación, los economistas del
Fondo Monetario Internacional, FMI, prevén un aterrizaje suave de la economía china, pero alertan de los riesgos del sector inmobiliario, del endeudamiento de los gobiernos locales y de los efectos de la crisis mundial, especialmente de la eurozona.
La economía china debe realizar una transición suave de la inversión al consumo como motor del crecimiento. También se deben vigilar los riegos relacionados con el endeudamiento y la financiación de los gobiernos y entidades locales.
El FMI reconoce que las medidas adoptadas por el gobierno chino para frenar la burbuja inmobiliaria provocan un ajuste moderado y pronostican un crecimiento económico rozando el 8% para este año y del 8,5% para 2013. La inflación se situará en el 3,5% en 2012.
Según el FMI, un crecimiento del PIB entre el 7 y el 8% es sostenible para China y coincide con los objetivos del gobierno fijados en su último plan quinquenal.
La crisis de la deuda de la eurozona es un riesgo clave para la economía del gigante asiático, puesto que es muy dependiente de las exportaciones a la Unión Europea. El agravamiento de la crisis en la zona euro provocará una desaceleración del PIB chino.
El FMI insiste en que, en los próximos años, China debe cambiar el modelo de crecimiento sustentado hasta ahora en una fuerte tasa de inversión en infraestructuras y construcción para desarrollar el consumo interno como fuente de crecimiento.
El ahorro en China es muy alto; supera el 50% de los ingresos de los ciudadanos y, en consecuencia, tienen un margen alto para consumir más.
En un cambio significativo respecto a anteriores ocasiones, el FMI dice en este informe que el yuan está “moderadamente”, y no “sustancialmente” como afirmaba tradicionalmente, por debajo de su valor real.
Esta modificación puede ayudar a Pekín a frenar las habituales críticas desde Estados Unidos y Europa en el sentido que las exportaciones chinas se benefician de una moneda artificialmente depreciada al no cotizar libremente en el mercado de divisas.
Por otro lado, el FMI reconoce las medidas adoptadas por Pekín para que los tipos de interés estén más condicionados por el mercado.
Una desaceleración brusca de la economía china tendría un serio impacto en el crecimiento mundial, afectaría tanto a las exportaciones de los vecinos asiáticos como a la de países como Alemania, Japón o Estados Unidos.