Redacción
08/06/2012
El indicador, que en una primera estimación se había situado en el 1%, ha mejorado debido a un mayor nivel de inversión en capital y un cierto reforzamiento del consumo privado.
De hecho, no deja de ser un reflejo, en parte, del fuerte gasto que el gobierno está haciendo para reactivar la economía después que en marzo de 2011 el país sufriera la catástrofe del tsunami y posterior crisis nuclear de Fukushima.
El programa de reconstrucción de las áreas afectadas por el tsunami ha hecho necesario invertir en carreteras, ferrocarril y edificios de titularidad públicos.
A la situación en el archipiélago hubo que añadir las inundaciones en Tailandia, que dificultaron el suministro de componentes para la potente industria del automóvil y retrasaron todavía más el regreso a la normalidad en un sector clave de la que es hoy, a pesar de todos los contratiempos, la
tercera economía mundial.
Esta revisión anunciada por las autoridades económicas japonesas permite actualizar también el dato del crecimiento anualizado, que en mayo se situó en el 4,1% y hoy se fija en el 4,7%.
El hecho de que la mejora se deba en parte al consumo privado no es una mala noticia, sobre todo en un país atenazado por la deflación crónica.
Pero es que además, la economía japonesa se ve lastrada por la revalorización del yen respecto al dólar, lo que encarece las exportaciones, otro de los principales motores.
En los últimos meses la divisa japonesa se ha reequilibrado algo respecto al dólar, pero las ventas al exterior japonesas siguen siendo poco atractivas como para contribuir decididamente a la reactivación de la economía.