Redacción
11/06/2012
Naciones Unidas retira temporalmente a su personal del estado de Rakhine, en el oeste de Birmania, debido a los disturbios entre budistas y musulmanes. La decisión se adopta después de que el presidente del país decretara el estado de emergencia y advirtiera que la violencia puede poner en peligro el proceso de democratización de Birmania (Myanmar).
A través de un comunicado la ONU asegura que es una decisión temporal y que se evacua de forma voluntaria al personal no esencial. También ha pedido protección y respeto para los trabajadores y sus familias que se queden en la zona.
El presidente de Birmania, Thein Sein, declaró el domingo el estado de emergencia para frenar los enfrentamientos sectarios entre budistas y musulmanes que ya han causado 7 muertos y una veintena de heridos.
La declaración del estado de emergencia permite que el ejército tome el control total sobre el estado y se ha establecido el toque de queda para cuatro distrito: Sittwe, Maungdaw, Kyaukphyu y Thandwe.
En un discurso en la televisión estatal Theim Sein
reconoció abiertamente los problemas y la escalada de violencia en el estado de Rakhine donde la tensión entre budistas y musulmanes ha desencadenado graves disturbios.
El presidente advirtió del peligro de poner las cuestiones raciales y religiosas en la vanguardia y aseguró que si se ponen los deseos de venganza por delante de todo y si se siguen tomando represalias y matándose entre ellos, el peligro de que el fenómeno se multiplique y avance a otras zonas del país existe.
El presidente de Birmania ha alertado que la violencia interreligiosa puede hacer descarrilar el proceso de apertura y democratización del país.
Además, y en una decisión sin precedentes, el presidente ha anunciado que el gobierno indemnizará a las víctimas de la violencia y a sus familias.
Los disturbios se iniciaron hace un mes. La violación y muerte de una mujer budista, contestada con el ataque a un autobús de musulmanes desencadenó el conflicto.
Birmania es mayoritariamente budista, pero en algunas regiones fronterizas hay una parte importante de la población que pertenece a diferentes minorías étnicas y algunas son de religión musulmana.
En Rakhine hay una importante población de la minoría rohingya, de religión musulmana. Muchos de ellos son inmigrantes provenientes de Bangladesh. Naciones Unidas calcula que hay unos 800.000 rohingyas en tres distritos fronterizos del estado de Rakhine.
El problema es que tanto Birmania como Bangladesh considera que los rohingya son apátridas y no son ciudadanos de sus respectivos países.