Redacción
07/06/2012
A lo largo del año fiscal en curso, es decir, entre este mes de junio y hasta el 31 de marzo de 2013, Nueva Delhi va a poner en marcha un conjunto de proyectos que de obras públicas para las que también va a ser necesaria la contribución de la iniciativa privada.
Ante el crecimiento del PIB del 5,3% en el primer trimestre de 2012, el último del anterior año fiscal, las alarmas se han disparado en el gabinete del primer ministro, Manmohan Singh, artífice de las reformas liberalizadoras que han situado a India en una línea paralela a la de China
Este dato de enero a marzo era el peor en nueve años y, sobre todo, era un punto inferior a lo previsto por los analistas, todo ello fruto de la perversa combinación de la caída de la demanda exterior y la persistente inflación.
En un primer avance de los planes de
reactivación de la economía a partir del desarrollo de nuevas infraestructuras, Nueva Delhi anuncia que se propone firmar contratos para la construcción de 9.500 kilómetros de carreteras y autopistas.
En el apartado de las comunicaciones aéreas, el gobierno indio prevé tres nuevos aeropuertos en Goa, Navi Mumbai y Kannur. Al tiempo, tres o cuatro aeródromos todavía por determinar de entre Lucknow, Benarés, Coimbatore, Trichy y Gaya, serán elevados a la categoría de aeropuertos internacionales. Asimismo, se propone establecer dos nuevos hubs para convertir India en un país de tránsito.
Y el capítulo de la inversión en puertos prevé la construcción de dos nuevas instalaciones en los estados de Andhra Pradesh y Bengala Occidental.
Manmohan Singh calcula que India podrá invertir del orden de un billón de dólares en infraestructuras en los próximos cinco años.
El objetivo del plan de Singh es regresar a crecimientos alrededor del 9% del PIB, una magnitud más acorde con las perspectivas generadas por India como alternativa a China entre las potencias emergentes, con el valor añadido de tratarse de una democracia con un sistema judicial independiente.
Las últimas indecisiones del gobierno del Partido del Congreso han malogrado en buena medida la confianza de los inversores.
Atendiendo a criterios electoralistas, el gobierno retiró una ley que liberalizaba el sector de la venta al detalle y que daba entrada a las grandes cadenas extranjeras, con el consiguiente incremento de actividad económica que hubiera comportado.
El recurso a las infraestructuras, como motor del crecimiento, es doblemente inteligente, puesto que además de dinamizar la expansión del PIB, contribuirá a modernizar carreteras, aeropuertos, puertos y ferrocarriles, sectores con grandes perspectivas en un país de cerca de 1.200 millones de habitantes.
La situación de las infraestructuras indias no es precisamente brillante, al contrario, probablemente sean, junto a la energía, una de las grandes asignaturas pendientes de la tercera economía de Asia.