Redacción
18/06/2012
La líder de la oposición birmana, Aung San Suu Kyi, lee el discurso de aceptación del premio Nobel de la Paz veintiún años después de que se lo concedieran, agradeciendo que el galardón sacara del olvido la lucha de la oposición en Birmania.
La premio Nobel de la Paz ha pasado la mayor parte de los últimos 22 años en prisión o bajo arresto domiciliario, después de ganar las elecciones en Birmania en 1990 al frente de su partido, la Liga Nacional por la Democracia (LND). La junta militar no respetó los resultados.
En su discurso en Oslo, Suu Kyi ha agradecido el premio recibido en 1991 asegurando que "me hizo real de nuevo, me devolvió al resto de la humanidad. Y lo que fue más importante, el Premio Nobel atrajo la atención del mundo a la lucha por la democracia y los derechos humanos en Birmania. No nos iban a olvidar".
Cuando le concedieron el nobel de la Paz, en 1991, Aung San Suu Kyi estaba recluida en su casa de Rangún bajo arresto domiciliario cumpliendo una condena de 11 años por incitar a actos subversivos. La junta militar, que gobernaba el país, no permitió que la líder opositora ni nadie de su entorno en Birmania viajara a recoger el premio. El galardón lo recogieron sus hijos, que vivían junto a su padre en el Reino Unido.
El discurso de Suu Kyi en Oslo y su gira europea son una demostración de los avances de la transición birmana tras las elecciones de 2010 y la constitución de un gobierno civil.