Redacción
10/05/2012
Las exportaciones chinas han crecido en abril sólo un 4,9% respecto al año anterior, mientras que las importaciones se han incrementado un escueto 0,3% impulsando de nuevo el superávit. Los datos aumentan los temores a una brusca ralentización de la segunda economía mundial.
Los intentos del gobierno chino de estimular el consumo interno para paliar la caída de la demanda proveniente de Europa y Estados Unidos parece que no están datos los resultados esperados.
Aunque las
exportaciones chinas crecen, la realidad es que lo hacen de forma muy moderada, sólo un 4,9%, muy lejos del 8,9% registrado en marzo. La desaceleración de las importaciones también es evidente: han aumentado en abril un 0,3%, anualizado, frente al 5,3% que crecieron el mes anterior, lo que indica una contracción del consumo interno.
El superávit chino se ha situado en los 18.400 millones de dólares en abril, una subida espectacular en comparación con los 5.250 millones del mes de marzo que volverá a cuestionar la necesidad de revaluar el yuan.
Los datos muestran cómo la demanda mundial sigue sin recuperarse debido a la crisis del euro y la lenta recuperación de la economía estadounidense. La caída de las exportaciones amenaza con un aterrizaje más brusco de lo previsto de la economía china.
El gobierno intenta un cambio de modelo económico incentivando el consumo interno y las exportaciones a otras economías emergentes para paliar la caída de la demanda desde los países desarrollados.
La lucha contra la
inflación ha dejado de ser la principal prioridad a corto plazo y el gobierno ha empezado a relajar su política monetaria para estimular el crédito y el consumo. La administración confía en que el IPC de abril sea inferior al de marzo y se sitúe entre el 3,2% y el 3,4%.