Redacción
24/05/2012
El Consejo de Estado chino insta a dar prioridad al crecimiento y al estimulo de la demanda interna ante el temor a una rápida desaceleración de la economía. La actividad industrial en mayo vuelve a contraerse, mientras el Banco Mundial reduce las previsiones de crecimiento económio al 8,2%.
Ante los temores de que la economía china se ralentice más de lo previsto y de forma brusca en los próximos meses, el gobierno, en un
comunicado, se ha comprometido a priorizar la estabilidad del crecimiento y adoptar nuevas medidas que impulsen la demanda interna.
Un nuevo dato que confirma la desaceleración de la economía china es
la contracción del índice de Gerentes de Compras (PMI, siglas en inglés) en mayo. El índice ha caído del 49,3 registrado en abril, al 48,7 del mes de mayo, según los datos del HSBC.
El PMI es un indicador de la actividad de las empresas manufactureras y un nivel inferior a 50 indica contracción. En el caso de China, que acumula siete meses de contracción, muestra que el crecimiento del PIB se ralentiza y a pesar de los esfuerzos del gobierno no se consigue que la demanda interna supla la caída de las exportaciones.
Las autoridades chinas han propuesto medidas de estimulo para incentivar la inversión privada en sectores como la energía, los ferrocarriles, educación, salud y telecomunicaciones. También se recomienda priorizar la inversión en grandes proyectos de infraestructuras.
El Consejo de Estado ha instado a que se reduzca la carga fiscal a las empresas y que se continúe con la nueva política monetaria, que favorece el crédito para inyectar liquidez en el sistema.
Después de intentar controlar la inflación con una limitación del crédito bancario durante todo el año pasado, el Banco de China ha reducido la tasa de reserva a los bancos a la hora de prestar dinero y se espera que vuelva a anunciar un nuevo recorte del ratio y una reducción de los tipos de interés.
El gobierno chino se ha fijado un crecimiento económico del 7,5% para 2012, si finalmente se confirma será el más bajo desde 2004 y seis décimas menor que el registrado en 2011.
La persistencia de la crisis mundial y el deterioro de la situación en la eurozona en los últimos meses, con el agravamiento de la situación en Grecia y España, han activado las alertas en China. Las exportaciones hacia la UE seguirán bajando, pero ahora el clima de crisis amenaza con afectar a la demanda de la región y provocar una mayor desaceleración de las ventas chinas al exterior.
El Banco Mundial, en el
informe publicado ayer, recorta sus previsiones de crecimiento de la economía china al 8,2% y aconseja adoptar una política fiscal más flexible para incentivar el consumo interno y ser menos dependiente de las exportaciones a los países desarrollados.