asiared
La segunda sucesión dinástica en el régimen comunista llevaba al poder a Kim Jong-un y generaba esperanzas de apertura, sobre todo porque China, el único “amigo” que le queda a Corea del Norte, ya no necesita que su aliado encienda la tensión con Corea del Sur y Japón.
Por el momento, el régimen norcoreano vuelve a recurrir a la escalada militar en su táctica habitual para reforzar su imagen de fortaleza, dentro y fuera de sus fronteras, en momentos simbólicos de su aislada existencia.
En el centenario del nacimiento del fundador de la patria comunista, Kim Il Sung, abuelo del actual líder, Pyongyang no repara en gastos para mostrar al mundo, y sobre todo a Corea del Sur y Japón, que es capaz de lanzar un mísil balístico intercontinental, es decir, que podría alcanzar territorio de Estados Unidos de ser lanzado sobre el Pacífico.
La “puesta en órbita” del satélite norcoreano –la prueba del misil--, prevista entre el 12 y el 16 de este mes de abril, puede acabar en un cohete hecho añicos en el mar. El gobierno japonés, en horas bajas en términos de popularidad, lleva días desplegando defensas antimisil en la isla de Okinawa, una demostración de fuerza, y ha prometido utilizarlas si el cohete norcoreano cae en su territorio.
Los analistas no ven para qué Japón derribaría partes de un misil norcoreano sin cabeza explosiva que cae al mar, previsiblemente al norte de Filipinas.
Los países circundantes han reorientado el tráfico aéreo y marítimo en la zona a la espera de esta nueva exhibición de “fuegos de artificio” norcoreana destinada probablemente a demostrar que Kim Jong-un es un líder fuerte con que el mundo debe negociar.
No parece que se esconda nada más detrás de los siempre herméticos usos del régimen norcoreano.
...seguir leyendo: Dossier especial
Corea del Norte - Viaje al hermético reino de los Kim...