Redacción
02/03/2012
La primera ministra australiana, Julia Gillar, intenta cerrar definitivamente la crisis en el seno del Partido Laborista y elige como nuevo ministro de Exteriores en sustitución de Kevin Rudd a Bob Carr, un político muy respetado y de consenso.
Bob Carr fue primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur durante diez años (1995-2005) y se le reconoce un papel determinante en el éxito de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Está especializado en historia y política norteamericana. La prensa y los analistas le atribuyen una amplia red de contactos internacionales en Europa, Asia y especialmente en Estados Unidos.
Con el nombramiento de Carr, la primera ministra intenta blindar el liderazgo dentro de su partido con una persona que es ampliamente respetada por todas las facciones y que ha obtenido numerosos éxitos electorales.
Carr sustituirá a Kevin Rudd que presentó su dimisión como ministro de Exteriores la semana pasada y ha mantenido una pugna con Gillard por el liderazgo del partido. La dimisión forzó unas elecciones internas de las que salió vencedora Gillard que retiene la dirección como secretaria general del Partido Laborista por una amplia mayoría. Rudd anunció que aceptaba su derrota y que abandonaba los cargos políticos para seguir en el parlamento como simple diputado.
En su comparecencia Carr se ha comprometido a hacer suyas algunas de las iniciativas de Rudd como mejorar las relaciones con Birmania o reivindicar un puesto para Australia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sin embargo, las relaciones con Estados Unidos y China, los dos principales socios comerciales, son los principales desafíos.