Redacción
09/03/2012
La inflación da una alegría al gobierno chino y se sitúa en el mes de febrero en el 3,2%, el nivel más bajo de los últimos 20 meses. El dato refuerza las políticas del gobierno para estimular la economía y contener los precios.
La lucha contra la inflación era uno de los principales retos del gobierno chino durante 2011. Según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística, el Índice de Precios al Consumo (IPC)
aumentó en febrero sólo un 3,2% frente al 4,5% registrado en enero. Es la tasa de inflación más baja registrada desde julio de 2011 en que se alcanzó el 6,5%.
El precio de los alimentos, especialmente la carne de cerdo, es el principal responsable de la subida del IPC aunque se ha moderado. El año pasado este producto básico en la dieta china registró un aumento interanual de un 60%.
Sin embargo otros productos como la fruta han bajado más de un 6% y los huevos un 10,6%.
El gobierno ha intentado contener la inflación de la cesta de la compra, mientras subía los tipos de interés y adoptaba medida para endurecer el crédito para sectores como el inmobiliario con el objetivo de evitar el recalentamiento del sector.
Los analistas consideran que hay que esperar a conocer los datos de marzo para confirmar la contención del IPC ya que el resultado de febrero todavía está condicionado por las fiestas del Año Nuevo chino.
El consumo en China se dispara antes y durante las fiestas para dar la bienvenida al Año Nuevo lunar y después es lógico que los precios caigan.
También se ha publicado el índice de precios de producción (IPP) (el indicador que mide la inflación en el sector mayorista) que se ha mantenido estable respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el mes pasado registró un ascenso interanual del 0,7 %.
La economía china se ve afectada por la caída de la demanda de la UE y Estados Unidos, sus principales socios comerciales, las exportaciones se han desacelerado.
Organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional han advertido a China que debe continuar con las reformas económicas y financieras para hacer frente a los efectos que la desaceleración de la economía mundial tendrá en su crecimiento.
En las previsiones para 2012 el primer ministro, Wen Jiabao, ha fijado un objetivo de inflación del 4% y ha reducido el crecimiento de la economía al 7,5%.