Redacción
27/03/2012
Los líderes mundiales destacan la necesidad de cooperar estrechamente para hacer frente a la amenaza del terrorismo nuclear en la Cumbre de Seguridad Nuclear que se ha celebrado en Seúl. El régimen de Pyongyang mantiene el desafío a la comunidad internacional con su intención de lanzar un satélite.
La cumbre de Seguridad Nuclear de Seúl, que durante dos días ha reunido a los líderes de más de 50 países, ha finalizado con unos discretos resultados resumidos en
una declaración de 13 puntos en la que destaca el compromiso para potenciar la seguridad del transporte de materiales nucleares y radiactivos, la importancia de los acuerdos multilaterales y de los organismos creados para abordar la seguridad nuclear, la necesidad de combatir el tráfico ilegal y la voluntad de reducir el uso del uranio altamente enriquecido potenciando la utilización de uranio de bajo enriquecimiento.
Por su parte,
Corea del Norte mantiene la presión sobre la comunidad internacional y
se ha negado a suspender el lanzamiento del satélite.
En un comunicado, el ministerio de Exteriores norcoreano ha asegurado que el lanzamiento del satélite, en conmemoración del centenario del nacimiento del fundador del país Kim Il-jung, seguirá adelante como estaba previsto y critica la posición norteamericana que califica de confrontación.
Washington asegura que el lanzamiento del satélite, previsto entre el 12 y el 16 de abril, violaría las resoluciones de la ONU y se consideraría una prueba de misiles.
Aunque Corea del Norte asegura que es un satélite de uso civil, las administraciones norteamericana y surcoreana creen que en realidad se trata de una prueba de misil de largo alcance.
Estados Unidos y China han acordado una posición conjunta en respuesta a la provocación de Corea del Norte si realiza el lanzamiento.
Durante la cumbre el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, también ha exigido al régimen norcoreano que cancelara el lanzamiento.
Corea del Sur y Estados Unidos han advertido al régimen de Pyongyang que con su actuación corre el riesgo de nuevas sanciones y aumentará el aislamiento internacional.
Por su parte,
Manmohan Singh, primer ministro de la India, uno de los dos países del Sur de Asia con capacidad nuclear, ha recalcado la necesidad de aumentar los estándares de seguridad para restaurar la confianza de la opinión pública en la energía nuclear, tras el impacto negativo del accidente de Fukushima.
Singh ha respaldado una efectiva cooperación internacional para luchar contra el terrorismo nuclear y ha prometido un millón de dólares para el fondo de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) en el ejercicio 2012-2013.