Redacción
27/03/2012
China, Arabia Saudí, Corea del Norte, Estados Unidos, Irak, Irán, Somalia y Yemen son los países donde se producen más ejecuciones, según el informe anual de Amnistía Internacional: “
Condenas a muerte y ejecuciones 2011”.
China sigue siendo el país donde se producen más ejecuciones, aunque teniendo en cuenta el número de habitantes proporcionalmente otros países la aplican con más vehemencia. A pesar de ello, la República Popular ejecutó en 2011 a más personas que el conjunto del resto del mundo, aunque se desconoce el número real de ejecuciones se cree que supera el millar.
Las cifras sobre pena de muerte se consideran secreto de Estado en China y Amnistía Internacional ha dejado de publicar las que recopila de fuentes oficiales chinas, porque cree que probablemente son muy inferiores al número real.
Sólo el diez por ciento de los países del mundo, 20 de 198, llevaron a cabo ejecuciones el año pasado. El mapa de la aplicación de la pena capital se ha reducido en más de un tercio en la última década, en 2001 se utilizaba en 31 países.
Al concluir 2011 había en torno a 18.750 personas condenadas a muerte, y al menos 676 fueron ejecutadas en todo el mundo durante el año pasado, sin contar las cifras de China e Irán donde los datos tampoco son fiables.
En Oriente Medio el número de ejecuciones ha aumentado en prácticamente un 50% y los responsables son cuatro países que suman el 99% de las ejecuciones registradas en la región: Arabia Saudí (al menos 68 ejecuciones), Irak (al menos 82), Irán (al menos 360) y Yemen (al menos 41).
Amnistía Internacional también registra importantes avances. En China el gobierno ha eliminado la pena de muerte para 13 delitos, la mayoría de índole económica, y en la recién celebrada Asamblea Popular se han impulsado medidas para eliminar las confesiones bajo tortura y garantizar la asistencia de abogado a los acusados de delitos penados con la muerte.
En Taiwán el gobierno ha suprimido la pena de muerte del código militar para una serie de delitos como el secuestro, la falsificación de billetes de banco o el tráfico de armas. Mientras que en Japón en 2011 no se han registrado ejecuciones, por primera vez en 19 años, y además la Federación de Colegios de Abogados ha anunciado su oposición a la pena capital.
En Estados Unidos, único país del G-8 y de América en aplicar la pena de muerte en 2011, el número de ejecuciones y nuevas condenas a muerte disminuyó drásticamente con respecto a las registradas hace diez años. Illinois se convirtió en el 16 estado en abolir la pena capital. En el estado de Oregón se anunció una moratoria de las ejecuciones. Y víctimas de delitos violentos se pronunciaron en contra de la pena de muerte.
El informe también señala que la aplicación de la pena de muerte afectó de forma desproporcionada a los ciudadanos extranjeros, especialmente en Arabia Saudí, Malasia, Singapur y Tailandia.
Entre los métodos de ejecución más utilizados en 2011 están la decapitación (Arabia Saudí), ahorcamiento (Afganistán, Autoridad Palestina-Gaza, Bangladesh, Corea del Norte, Egipto, Irak, Irán, Malasia, Sudán del Sur, Sudán), inyección letal (China, Estados Unidos y Taiwán) y fusilamiento (Autoridad Palestina, Bielorrusia, China, Corea del Norte, Emiratos Árabes Unidos, Somalia, Vietnam, Yemen).
Amnistía también denuncia que en la mayoría de los países que se aplica la pena de muerte los juicios no cumplen las normas internacionales de garantías procesales.
Las resoluciones aprobadas por Naciones Unidas para conseguir una moratoria del uso de la pena de muerte constatan que gana aceptación la tendencia hacia la abolición.
El 21 de diciembre de 2010, la sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU aprobó la tercera resolución sobre esta cuestión y fue aprobada por 109 votos a favor, 41 en contra y 35 abstenciones. El número de Estados miembros de la ONU que apoyaron la resolución en 2010 fue superior a los que votaron a favor de la de 2008. La Asamblea General de la ONU debatirá la cuestión de nuevo a finales de 2012.