Redacción
10/02/2012
Las importaciones chinas han caído en enero un 15,3%, mientras que las exportaciones se han reducido un 0,5% respecto al año anterior. Los datos muestran los efectos de la caída de la demanda tanto interna como externa en la economía del gigante asiático.
Aunque las cifras de enero están distorsionadas por los efectos de las fiestas del Año Nuevo chino, que paraliza la actividad en el país durante una semana, los efectos han sido mucho más agudos de lo previsto y demuestran cómo la economía china se ve afectada por la crisis económica internacional, que lastra sus exportaciones y ralentiza el consumo interno.
La
contracción de las exportaciones e importaciones es la más fuerte de los últimos dos años. La fuerte caída de la compras al exterior deja el superávit comercial chino en 27.300 millones de dólares, el más alto de los últimos seis meses.
El Fondo Monetario Internacional en su último informe advertía que la crisis de deuda en la eurozona y la ralentización de la economía norteamericana pasarán factura al crecimiento chino. Prevé un aumento del PIB del 8,2% en 2012.
Los resultados se empiezan a ver: en enero el comercio bilateral entre China y la UE, su segundo socio comercial, se ha reducido un 7%.
Las medidas que puede adoptar el gobierno de Pekín para estimular la economía deben tener en cuenta la contención de la inflación.
En enero China ha registrado una acelerada subida de la inflación hasta el 4,5%, rompiendo la tendencia a la baja que se inició después de que el pasado julio ascendiera hasta el 6,5, el nivel más alto de los últimos tres años.