Taiwán: el presidente Ma y su conciliación con China reciben el aval de las urnas
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, ha conseguido convencer al electorado de que su acercamiento a China es el mejor futuro para la isla. El candidato del Kuomintang ha sido reelegido con el 51% de los votos frente a su principal oponente, Tsai Ing-wen, candidata defensora de la vía independentista.
Redacción
14/01/2012
Tsai, la candidata del Partido Demócrata de Progreso, conseguía el 46% de los votos, los de los taiwaneses que consideran que la isla debe acometer su futuro desde la actual independencia de facto de Pekín, a pesar de que el gobierno chino amenaza con una solución militar si Taiwán proclama la secesión.
El régimen comunista chino considera a Taiwán una provincia rebelde, aunque de la tensión de los tiempos de la Guerra Fría o de los años de gobierno del PDP a principios de la primera década del siglo XXI, ha pasado a una colaboración fluida con las autoridades de Taipei.
El gobierno de Ma, del Partido Nacionalista o Kuomintang, ha elegido una vía realista de acercamiento a Pekín consciente de que la emergencia de China como potencia es una gran oportunidad de esta isla de poco más de veinte millones de habitantes.
Taiwán es un país independiente en la práctica desde 1949 bajo el nombre oficial de República de China, el que el caudillo Chiang Kai-shek se trajo del continente expulsado por el ejército popular de Mao.
Su democratización a mediados de los noventa la sitúa por delante de China en la gran transformación política, económica y social de Asia Oriental.
Es una ventaja cualitativa, un valor añadido que permite a Taipei afrontar una eventual reunificación desde la exigencia de preservar la democracia, un concepto que Pekín todavía no ha resuelto cómo gestionar.