Redacción
26/01/2012
Yousuf Raza Gilani, primer ministro de Pakistán, ha retirado sus acusaciones contra la cúpula militar, a la que acusó de maniobras para forzar la constitución, en un intento de rebajar la tensión con el ejercito.
El primer ministro ha asegurado que desea disipar dudas ante la comunidad internacional y que el ejército actúa en el marco de la constitución. Gilani ha destacado que el país no puede permitirse un conflicto institucional. Con sus nuevas declaraciones, Gilani intenta
rebajar la tensión y frenar una escalada de enfrentamientos
En una entrevista Gilani había acusado al jefe del ejército, el general Ashfaq Parvez Kayani, y al director de los servicios de inteligencia, teniente general Ahmed Shuja Pasha, de realizar gestiones en el Tribunal Supremo que podían calificarse de fuera de la constitución. Gilani les había acusado de presenta declaraciones juradas ante el Tribunal Supremo sin seguir los procedimientos legales que marca la constitución. Los dos habrían presentado sus declaraciones juradas al Tribunal Supremo relacionadas con el caso “memogate” a través del ministerio de Defensa y no del de Justicia.
A raíz de ello el primer ministro cesó al ministro de Defensa, Khalid Naeem Lodhi.
El cruce de acusaciones que se ha producido en las últimas semanas entre el primer ministro y la jefatura del ejército habían alentado los rumores de desestabilización y de riesgo de un posible golpe militar.
El escándalo conocido como “
memogate” es una filtración de información que supuestamente demuestra que el gobierno había pedido en secreto ayuda a Estados Unidos para evitar un golpe militar tras el asesinato de Osama Bin Laden.
Gilani también ha sufrido el acoso de la judicatura. Esta semana el primer ministro se ha visto obligado a comparecer ante los tribunales, acusado de desacato por negarse a reabrir la investigación por corrupción contra el presidente Asif Ali Zardari.
Gilani alega que el presidente Zardari tiene inmunidad presidencial y no se le puede investigar.
El Tribunal Supremo de Pakistán anuló en 2009 la amnistía que el presidente Musharraf decretó en 2007 por casos de corrupción para facilitar el regreso de Benazir Bhutto. Su viudo y actual presidente, Zardari, se benefició de ella al igual que algunos diputados y cargos del actual gobierno.