Redacción
18/01/2012
El Banco Mundial advierte a los países en desarrollo que la desaceleración de la economía mundial les afectará directamente y deben adoptar medidas para prevenir la crisis. El organismo ha corregido a la baja sus previsiones y calcula que la región del Asia Pacífico crecerá un 7,8% en 2012 y 2013.
La última edición del informe
Perspectivas económicas mundiales (GEP, por sus siglas en inglés) que ha publicado el Banco Mundial estima que la economía global crecerá un discreto 2,5% en 2012 y un 3,1% en 2013. Son cifras mucho menores que el 3,6% pronosticado en junio pasado para estos dos ejercicios.
Las previsiones para la zona del Asia Oriental y el Pacífico contemplan que después de crecer un 9,7% en 2010, el PIB de la zona aumentó un 8,2% en 2011, pero se prevé que disminuya al 7,8% en 2012 y 2013.
La institución reconoce que la región se ha recuperado rápidamente de los efectos del tsunami que sufrió Japón en marzo de 2011 y de las inundaciones de Tailandia, las más graves de los últimos 40 años. Sin embargo, la crisis en la zona euro ha empezado a pasar factura a su economía.
China, que representa el 80% del PIB regional, ha reducido su crecimiento del 10,4%, registrado en 2010, al 9,1% en 2011, según indican las proyecciones. Las previsiones para 2012 rebajan todavía más la cifra hasta el 8,4%, debido a las medidas que aplica el gobierno chino para enfriar algunos sectores de su economía.
Según las proyecciones, Indonesia crecerá un 6,2% en 2012, Malasia un 4,9%, Vietnam un 6,8%, Filipinas un 4,2% y Tailandia también un discreto 4,2%, que de todas formas dobla el PIB de 2011 que se sitúa, según las estimaciones, en el 2%, en un año marcado por los efectos de las inundaciones.
El Banco Mundial advierte especialmente que los países en desarrollo son más vulnerables ahora que en el escenario de la crisis de 2008. Deben prepararse para afrontar serios riesgos de regresión económica debido a la crisis de deuda de la zona del euro, la caída del comercio y el frágil crecimiento de diversas economías emergentes.
Los países en desarrollo tienen en la actualidad menos espacio fiscal y monetario para aplicar medidas correctivas como lo hicieron en 2008 y 2009. Por esta razón, si el flujo financiero internacional se agota y se deteriora súbitamente el comercio mundial, su capacidad para reaccionar podría estar limitada.
“Los países en desarrollo deben evaluar sus vulnerabilidades y prepararse para más crisis, mientras todavía hay tiempo”, ha advertido Justin Yifu Lin, primer economista y primer vicepresidente de Economía del Desarrollo del Banco Mundial, en un comunicado oficial.
Para prepararse para ese escenario, Hans Timmer, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, sostiene que: “Los países en desarrollo deberían encontrar financiación anticipada para sus déficits presupuestarios, dar prioridad al gasto en redes de protección social e infraestructura y someter a pruebas de esfuerzo a sus instituciones bancarias nacionales”.