Redacción
20/01/2012
Del total de estos ingresos por fiscalidad, los impuestos recaudados por la administración central sumaron 5,13 billones de yuanes, es decir, un incremento del 20,8%.
Por su parte, los gobiernos locales consiguieron ingresar 5,24 billones de yuanes, una mejora respecto al año 2010 del 29,1 por ciento.
Las autoridades chinas atribuyen el incremento de la recaudación fiscal a un desarrollo económico relativamente acelerado, al aumento de los precios y al de los impuestos pagados por las empresas, que crecieron un 30,5%.
El impuesto sobre la renta personal supone una recaudación de 605.400 millones de yuanes en el ejercicio fiscal de 2011, dato que significa un incremento del 25,2% respecto al año anterior.
El incremento de los
ingresos fiscales es muy importante para China porque permite al estado garantizarse su capacidad de inversión y de aplicación de políticas de impulso de la economía, que pueden ser necesarias si se prolonga el estancamiento de la demanda de las exportaciones de la fábrica global.
Una mejor fiscalidad sería acorde con una progresiva mayor dependencia del mercado interno en detrimento del sector exterior, sometido a los vaivenes de las economías desarrolladas.