Redacción
30/12/2011
El gobierno filipino ha recibido 12,6 millones de dólares de ayuda de donantes internacionales para los damnificados de las inundaciones provocadas por el paso del tifón Washi, que han dejado 1.257 muertos y más de 400.000 desplazados.
Estados Unidos, Australia y China han sido los principales
donantes, aunque en total se ha recogido dinero en 17 países de Asia, Oriente Medio y Europa. España ha colaborado a través de la AECI.
Por su parte, el Banco Mundial ha puesto a disposición del gobierno un fondo de
500 millones de dólares, en forma de crédito blando, para reconstruir las infraestructuras afectadas por las inundaciones y restaurar los servicios básicos de agua potable y servicios sanitarios.
Casi dos semanas después de las graves inundaciones causadas por las lluvias torrenciales que dejó el paso del ciclón Washi (también conocido en Filipinas como Sendong) todavía unas 60.000 personas permanecen en una cincuentena de centros de acogida.
El gobierno cifra en más de 400.000 las personas desplazadas que todavía no pueden regresar a sus hogares y cerca de 40.000 viviendas han quedado destruidas. El número provisional de muertos ya asciende a 1.257. Los daños materiales causados por las fuertes lluvias ascienden a más de treinta y dos millones de dólares.
El desastre provocado por el paso de Washi ha abierto el debate en Filipinas sobre la falta de medios para hacer frente a este tipo de situaciones. Las administraciones locales y estatales se han estado echando las culpas unas a otras por la falta de previsión.
El presidente Benigno Aquino III ha tenido que hacer frente a su primera gran crisis ante la opinión pública. Ha reconocido que no se hace lo suficiente para prevenir este tipo de tragedias, sobre todo si se tiene en cuenta que Filipinas está acostumbrada a convivir con los ciclones y tormentas tropicales. Se calcula que al año unos 20 ciclones castigan Filipinas.
En 2010 y tras las graves inundaciones que afectaron a Manila y a la zona central de la isla de Luzón se adoptó un protocolo de actuación para prevenir, gestionar y coordinar las emergencias que parece que no ha sido suficiente.
El sistema de avisos de la llegada del tifón a través de sms no se activó. Además los ecologistas han denunciado que se permitiera construir en los bancos de arena del río en Cagayan de Oro, la principal localidad afectada. También han vuelto a advertir de los graves riesgos que provoca la deforestación al facilitar los deslizamientos de tierra.