Redacción
19/12/2011
Filipinas entierra en fosas comunes a los centenares de víctimas de las inundaciones provocadas por el paso de la tormenta tropical Washi, en el sur del archipiélago, para evitar la propagación de enfermedades.
Según fuentes de Cruz Roja al menos 650 personas han muerto y más de 800 se dan por desaparecidas a causa de las graves inundaciones ocurridas durante la madrugada del sábado en la isla de Mindanao, al sur del archipiélago. Se calcula que más de 35.000 personas han buscado refugio en centros de acogida provisionales.
En las poblaciones de
Cagayán de Oro e Iligán, al norte de Mindanao, se ha empezado a enterrar a las víctimas sin identificar en fosas comunes para evitar la propagación de enfermedades.
El Consejo nacional de Prevención y Respuesta a Desastres asegura que se necesita agua potable, alimentos y medicinas para hacer frente a los primeros momentos del desastre, pero después será necesario importantes ayudas económicas para reconstruir la zona ya que más de 400.000 personas necesitarán viviendas y nuevas infraestructuras.
Los medios de comunicación han criticado la
falta de previsión de las autoridades que no organizaron la evacuación de la región, mientras que el gobierno asegura que la población no hizo caso de los avisos.
Filipinas está acostumbrada a sufrir cada año el paso de numerosos tifones, pero la isla de Mindanao no es uno de los territorios que se suele ver afectado por las lluvias torrenciales y fuertes vientos por lo que no estaba preparada para la situación de emergencia.
En la tarde del viernes y la madrugada del sábado la tormenta tropical Washi descargó más agua que en todo un mes de monzón en esta zona. Las copiosas lluvias se sumaron a una marea alta que anegó las poblaciones.
En Filipinas los problemas climatológicos se agravan y acaban provocando más destrucción debido a la proliferación del chabolismo, la mala construcción de los edificios e infraestructuras y la deforestación que provoca deslizamientos de tierras.