Redacción
15/11/2011
Aung San Suu Kyi ha celebrado su primer año en libertad con una rueda de prensa, la primera que le permite el gobierno birmano. La líder opositora y Premio Nobel de la Paz ha reconocido que se han producido avances, pero también se ha mostrado cautelosa sobre el futuro.
La líder del principal partido de la oposición, que sigue ilegalizado, ha evitado afirmar de forma categórica que Birmania avance claramente hacia la democracia, pero ha considerado el último año como un período lleno de acontecimientos alentadores.
Suu Kyi ha insistido en que es imprescindible
respetar el imperio de la ley para avanzar hacia la democracia, ya que sin él no será posible el progreso. Ha reconocido que se han liberado presos políticos, pero muchos todavía siguen en las cárceles y exige su puesta en libertad.
En octubre, el presidente birmano, el exgeneral Thein Sein, aprobó una amnistía que liberó a más de 6.000 presos, pero sólo unos 250 eran presos políticos. Aunque se desconoce con exactitud el número de presos de conciencia que hay en las cárceles birmanas, la ONU calcula que deben ser cerca de 2.000.
En su rueda de prensa, Aung San Suu Kyi también ha pedido que cesen las hostilidades de las fuerzas gubernamentales contra las minorías étnicas, especialmente en el estado de Kachin, donde en las últimas semanas se han registrado atentados.
Suu Kyi no ha confirmado si su partido, la Liga Nacional por la Democracia (LND), se registrará
para ser legalizado y poder participar en las próximas elecciones parlamentarias de 2012. La decisión seguramente se adoptará el 18 de noviembre.
La LND fue ilegalizada y se vio obligada a disolverse para boicotear las elecciones del año pasado. El régimen birmano aprobó un reglamento especialmente diseñado para evitar que Suu Kyi se presentará como candidata: prohibió que personas casadas con extranjeros pudieran concurrir a las elecciones y tampoco permitió que participaran partidos con miembros encarcelados.
El partido de Suu Kyi, la LND, ganó las elecciones en 1990, las únicas celebradas democráticamente, pero la junta militar no respetó el resultado. Aung San Suu Kyi ha pasado la mayor parte de los últimos 19 años privada de libertad.
El gobierno salido del proceso de transición controlado por los militares ha ido haciendo progresos hacia una reforma política y se prevé que en los próximos días se anuncie una nueva amnistía coincidiendo con la reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebrará en Bali.
Los pasos dados intentan conseguir que se levanten las sanciones internacionales contra Birmania y se acabe el aislamiento. De hecho, el gobierno de Thein Sein aspira a que se permita que Birmania asuma la presidencia rotatoria de ASEAN en 2014.
Sin embargo, Suu Kyi ha pedido que se den avances claros y reformas que afecten realmente a los birmanos antes de reconocer internacionalmente al nuevo régimen político.