Redacción
11/10/2011
El vertido de combustible de un carguero frente a las costas de Nueva Zelanda se ha convertido ya en el peor desastre medioambiental marítimo de su historia. Las autoridades advierten que lo peor está por llegar ya que el mal tiempo agrava los efectos de la catástrofe.
Las capas de combustible vertidas por el carguero Rena han empezado a llegar a la costa de Tauranga, en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Las malas condiciones meteorológicas dificultan las tareas para extraer controladamente el crudo.
El carguero de bandera liberiana Rena encalló el miércoles 7 de octubre en la bahía de Plenty y su casco amenaza con romperse y liberar 1.700 toneladas de crudo. De momento se calcula que entre 130 y 350
toneladas de combustible ya se han vertido al mar.
El ministro de medioambiente, Nick Smith, ha advertido que poco se puede hacer ante el fuerte temporal que se espera en la zona. Durante el fin de semana los equipos de rescate han trabajado a contrareloj para intentar estabilizar el barco y se había instalado una barcaza para extraer combustible que se han visto obligados a retirar.
El ministro ha informado que en la tarde del martes (hora local) el volumen de vertido ha sido cinco veces superior al de los anteriores días y mañana miércoles se espera que la mancha de aceite llegue a las costas.
Las autoridades evacuaron ayer lunes a los 24 miembros de la tripulación ante el empeoramiento de las condiciones meteorológicas. El barco se ve sacudido por olas de cuatro metros y vientos de entre 37 y 47 kilómetros la hora.
Se ha convocado equipos de voluntarios para limpiar las playas ya que las bolsas de combustible que llegarán a la costa a partir de mañana serán mucho más significativas que la contaminación sufrida hasta ahora.
El vertido del Rena amenaza el arrecife del Astrolabe, una zona con una gran riqueza de fauna y flora situada frente a las costas de la localidad de Taruanga y convertida en uno de los principales destinos turísticos de Nueva Zelanda.