Redacción
19/09/2011
Las recomendaciones de los expertos han suscitado ya dudas dentro de la propia formación gobernante, el Partido Demócrata, en el que han surgido algunas voces contrarias al incremento de la fiscalidad.
Estos sectores críticos son partidarios de recurrir al endeudamiento como forma de financiar la reconstrucción, que el gobierno calcula que costará al menos 247.000 millones de dólares en el próximo lustro.
Sin embargo, el primer ministro Yoshihiko Noda considera que sumar mayor endeudamiento a una ya pesada carga del 200% del PIB va a comprometer demasiado a las futuras generaciones de japoneses.
Se propone pues incrementar los impuestos sobre la renta de las personas físicas y los beneficios de las empresas.
Asimismo, también contempla la posibilidad complementaria de que el estado venda participaciones de empresas públicas como la tabacalera nacional, que tiene una amplia cuota dominante en el mercado local.
Ante el rechazo de amplias capas de la sociedad nipona, el gabinete Noda descarta el incremento temporal de impuestos sobre el consumo.
Lo compensará ampliando el plazo del aumento en los impuestos de la renta y los beneficios empresariales de cinco a diez años.
La subida de impuestos rondará el 5,5% o eventualmente el 4% si se complementa con la venta de acciones de los tabacos japoneses.
Todas estas medidas deberán ir al parlamento japonés, donde el gobierno solamente dispone de mayoría en la cámara baja.
Además de no tener garantizado el éxito en el senado, los analistas consideran que va a Noda le va a costar convencer a la facción de su propio partido liderada por Ichiro Ozawa.
El gabinete espera poder convencer a todos los sectores reacios apelando al sentido de la responsabilidad ante las consecuencias económicas de un desastre sin precedentes como el del tsunami del 11 de marzo y la crisis nuclear desencadenada por la ola gigante en la central nuclear de Fukushima.