Redacción
03/06/2011
La denuncia de Google de un ataque selectivo proveniente de China a su correo, Gmail, ha reactivado el conflicto diplomático entre China y Estados Unidos por presunto espionaje. Pekín niega las acusaciones, mientras que Washington anuncia que el FBI investigará el caso.
La secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, ha calificado de muy serias las acusaciones vertidas por Google y asegura que se realizará una investigación.
Ayer Google informó públicamente de que su servicio de correo Gmail habían sido objeto de un ataque selectivo de hackers que intentaban entrar en las cuentas de correo de funcionarios del gobierno estadounidense, militares y activistas pro derechos humanos chinos. Según Google el ataque proviene de China y concretamente de la provincia de Jinan. La misma zona en la que se localizó el ataque cibernético de 2010.
El gobierno chino rechaza las acusaciones y niega cualquier implicación en los hechos. El portavoz del gobierno chino, Hong Lei, ha asegurado que China está comprometida con la lucha contra la piratería informática y que los ataques informáticos son un problema mundial que también sufre su país.
La agencia oficial de noticias china
Xinhua asegura que, como en 2010, Google acusa a China sin tener pruebas y recuerda que el 60% de los internautas chinos padecieron algún ataque cibernético durante el primer semestre de 2010.
Xinhua afirma que las denuncias “infundadas” de Google impiden mejorar la cooperación para mantener la seguridad de Internet a nivel mundial e impiden trabajar para establecer una gobernanza mundial en el ciberespacio.
Hillary Clinton ha reconocido que la información es preocupante y se evaluará si ha habido
riesgo para la seguridad. También ha anunciado que el FBI abrirá una investigación.
Según la información facilitada por Google el intento de intromisión en las cuentas de correo no ha sido muy sofisticado pero si muy selectivo con el perfil de los sujetos. El hecho de que fuera un ataque selectivo dirigido a funcionarios que tienen acceso a información sensible permite pensar que se trata de un caso de ciber-espionaje más que de un simple delito cibernético.
Aunque ni Google ni Estados Unidos han acusado directamente al gobierno chino, la denuncia de espionaje vuelve a tensar las relaciones entre Washington y Pekín.