Redacción
28/04/2011
El Banco de Japón (BOJ) ha revisado a la baja las previsiones del PIB para el año fiscal en curso, que finaliza en marzo de 2012, como consecuencia de los efectos del trágico terremoto y posterior tsunami acontecidos el pasado 11 de marzo.
Con los nuevos datos recogidos en el primer informe trimestral tras el terremoto, el
crecimiento económico se situaría en el 0,6%, un punto porcentual por debajo de las previsiones hechas públicas en el mes de enero.
Con el fin de hacer frente a la presión económica en que se encuentra el país y tal como se esperaba, el
BOJ ha decidido mantener los tipos de interés en su mínima expresión, en un 0,1%.
El terremoto, el tsunami y la crisis nuclear en Fukushima han tenido también una fuerte repercusión en la
producción industrial, que en marzo cayó un 15,3% en relación a febrero. Se trata de la mayor regresión desde que se empezó a registrar el dato en 1953.
El terremoto, uno de los más graves registrados jamás con una magnitud de 9 grados en la escala de Richter, provocó graves problemas de abastecimiento por la interrupción en la cadena de suministros a lo largo del país, además de cortes en el subministro eléctrico y la destrucción de infraestructuras y fábricas, especialmente en la zona norte afectada por el tsunami.
El ministro de Economía, Kaoru Yosano, ha declarado que la gran caída de la producción es sorprendente y que es vital la recuperación de la cadena de suministros, algo que considera que se conseguirá pronto gracias al duro trabajo de las compañías.
Además, el consumo familiar también ha descendido un 8,5% en relación al año pasado. Sin embargo, las expectativas de futuro son más optimistas y el BOJ señala en el informe que el crecimiento se verá impulsado en la segunda mitad del año fiscal gracias a la
recuperación de la producción y las exportaciones.
Más allá, de cara al siguiente año fiscal, el BOJ ha elevado la previsión de crecimiento del 2% al 2,9% por el esperado incremento de la demanda interna una vez empiecen los trabajos de reconstrucción.
Mientras siguen los trabajos para intentar enfriar los reactores de la central de Fukushim, el emperador Akihito y la emperatriz Michiko han viajado por primera vez a la región afectada por el tsunami.
Concretamente se han desplazado a Minamisanriku, un puerto donde el tsunami causó la desaparición o muerte de 1.350 personas y destruyó 3.800 hogares, y han visitado un gimnasio que sirve de refugio de unas 200 personas.
Se espera que la semana que viene la pareja imperial viaje más al norte y se encuentre con personas desplazadas de los alrededores de Fukushima por el riesgo nuclear.