Redacción
24/03/2011
La información de que se habían encontrado altos niveles de yodo radiactivo en varias plantas potabilizadoras de agua de Tokio y la advertencia de que no era apta para los niños pequeños ha desatado cierta paranoia entre la población y las existencias de agua embotellada han empezado a desaparecer de las tiendas.
Para combatir esta situación el gobierno ha informado que
se repartirá agua a todas las familias con niños de la ciudad de Tokio, aunque asegura que el nivel de contaminación ya ha descendido a niveles aptos para el consumo de bebés y que nunca ha sido peligrosa para el consumo de los adultos.
Las autoridades han calculado que se repartirán 240.000 botellas de agua de 550 mililitros en la zona metropolitana. También se ha pedido a los fabricantes que aumenten la producción para evitar el desabastecimiento y se ha descartado la posibilidad de importar más agua embotellada del exterior.
El aumento de la concentración de yodo radiactivo en el agua también se ha detectado en otras prefecturas cercanas a la central, pero no se ha emitido ninguna advertencia sobre su consumo ya que se considera que el nivel de radiactividad no es perjudicial para la salud.
Las autoridades mantienen las restricciones de comercialización de verduras de hoja verde y productos lácteos procedentes de las zonas cercanas a la central de Fukushima.
Australia es el último país que ha anunciado que aumentará los controles y las restricciones a la importación de alimentos provenientes de Japón. En días anteriores Estados Unidos, China, Taiwán y Corea del Sur ya habían tomado esta decisión.
La situación en la central nuclear de Fukishima Daiichi sigue sin estar bajo control. El jueves por la mañana se han reanudado los trabajos para intentar reparar el sistema de refrigeración del rector nuclear número 3, que se había suspendido tras detectarse un nuevo incendio. Además, los niveles de radiación en el reactor número 2 han aumentado. La única buena noticia es que se ha restaurado
Dos trabajadores han tenido que ser hospitalizados por haber sido expuestos a altos niveles de radiación.
La situación tras el terremoto y posterior tsunami que el viernes 11 de marzo devastó la costa noroeste del país tardará en normalizarse. Los cortes de electricidad persisten y el transporte en la zona metropolitana de Tokio sigue sin funcionar con la regularidad habitual. De todas formas algunas empresas como Toyota han anunciado que reiniciarán sus actividades la próxima semana.
Según la Agencia Nacional de Policía las últimas cifras oficiales de víctimas sitúan en 9.523 los muertos y 16.094 los desaparecidos. La mayoría de los muertos han sido encontrados en las prefecturas de Miyagi, Iwate y Fukushima.
Unas 200.000 personas siguen viviendo en los refugios temporales. Se calcula que al menos 18.000 viviendas han desaparecido y más de 130.000 han quedado dañadas. El gobierno ha cifrado en 309.000 millones de dólares el coste de la reconstrucción.