Redacción
22/03/2011
Japón ha reanudado el martes por la mañana los trabajos para intentar restaurar el suministro de energía en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, tras interrumpirlos al detectar nuevas emisiones de vapor y humo sobre los reactores 2 y 3.
Los responsables reconocen que no saben las causas de las emisiones de humo. Ayer también se tuvo que detener el trabajo y evacuar a los trabajadores por emisiones de vapor en este caso en el reactor 3, el que más preocupa ya que contiene plutonio, y el 4.
La buena noticia que ha dado Tepco, la compañía que opera la central nuclear, es que se ha conseguido
restaurar el suministro eléctrico en el reactor número 4 y que ya son cinco los reactores conectados a una fuente de alimentación eléctrica que permite mejorar la refrigeración de los reactores al activar sistemas automáticos de ventilación. También han asegurado que los niveles de radicación en Fukushima descienden y que confía en poder poner en funcionamiento la sala de control mañana miércoles.
La
contaminación de los alimentos se ha convertido en uno de las principales preocupaciones. El gobierno ha ampliado a cuatro prefecturas cercanas a la central de Fukushima la suspensión de comercializar alimentos tras detectarse niveles de yodo radiactivo superiores a los límites legales en verduras, agua y leche. Sin embargo, ha pedido calma a la población y mantiene que la contaminación no representa ningún peligro para la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que se desconoce el impacto real de la contaminación y que puede ser más alto de lo que se ha reconocido hasta el momento.
China, Taiwán y Corea del Sur han anunciando que aumentarán los controles a las importaciones provenientes de Japón como medida preventiva, aunque la OMS ha asegurado que no existe ninguna constancia de que alimentos contaminados hayan llegado a otros países.
El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak, ha tenido que intervenir públicamente para tranquilizar a la población ante la avalancha de rumores y asegurar que la radiación no ha llegado al país y que no existe ningún peligro.
Tepco también ha empezado a medir el impacto de la radiación en el agua del mar y la administración ha asegurado que no se han distribuido productos pesqueros en los mercados provenientes de la prefectura de Fukushima desde que se produjo el tsunami.
Once días después del terremoto y posterior tsunami que asoló la costa del noreste del Japón el número de muertos asciende a cerca de 10.000 y el de desaparecidos supera los 12.500. Las autoridades aseguran que todavía hay más de 350.000 evacuados que siguen viviendo en refugios temporales donde empiezan a tener problemas para abastecerse de alimentos básicos y agua.
Las autoridades han autorizado liberar reservas de crudo para intentar paliar la falta de combustible que lastra la distribución de ayuda y crea problemas de suministro de víveres.
También se ha empezado a buscar soluciones temporales para los evacuados buscando viviendas provisionales en otras zonas del país y se ha iniciado la instalación de viviendas prefabricadas en la devastada ciudad de Rikuzentakata.