Japón consigue mantener bajo control la central nuclear de Fukushima

Redacción 21/03/2011 La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha reconocido que la situación en la central ha evolucionado de forma positiva, aunque sigue siendo grave. Japón ha conseguido enfriar cuatro de los siete reactores y el riesgo de una gran fuga radiactiva disminuye. Preocupa especialmente la situación del reactor número 3, que contiene plutonio, y en el que durante la madrugada se ha detectado una fuga de vapor que ha obligado a evacuar temporalmente a los trabajadores.

Los equipos de emergencia han conseguido bajar la temperatura de los reactores tras rociarlos durante días con agua. La temperatura parece controlada en los reactores 1,2, 5 y 7. El suministro eléctrico fue restaurado en el reactor número 2 y 5 el domingo y Tepco, la empresa que opera la central nuclear, confía en que hoy lunes pueda restablecer el funcionamiento de la sala de control y el sistema de refrigeración del reactor número 1.

Conseguir restaurar el suministro eléctrico en toda la central se considera esencial para poder recuperar las funciones de enfriamiento de combustible nuclear en las vasijas de contención y en las piscinas donde se almacena el combustible usado.

El gobierno ha asegurado que cuando se supere la crisis, la central de Fukushima Daichi será cerrada.

El ministerio de Salud ha pedido a la población que reside en la prefectura de Fukushima que no consuma agua del grifo tras detectarse niveles de radioactividad más elevados de lo permitido. También se ha detectado contaminación en otros productos como verduras y en la leche, que aseguran se han retirado del mercado.

De todas formas, las autoridades sostienen que la radiactividad detectada no alcanza niveles tan altos que ponga en peligro la salud de las personas. A pesar de ello la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un comunicado, ha calificado la situación de preocupante.

Diez días después del terremoto y posterior tsunami que el 11 de marzo devastó la costa noreste de Japón el recuento de víctimas deja una cifra de 8.450 muertos y más de 13.000 desaparecidos. Unas 200.000 personas han sido evacuadas de la zona cercana a la central y en total el número de desplazados que permanecen en refugios temporales supera los 360.000.

Han empezado a detectarse algunos problemas de escasez de suministro de alimentos básicos y electricidad en los centros de atención. Las bajas temperaturas junto a la escasez de combustible y en muchos casos de suministro eléctrico hace más difícil la situación de los supervivientes.

5 años para la reconstrucción

La última actualización del informe económico del Banco Mundial prevé un impacto importante pero temporal de esta catástrofe en la economía nipona y del conjunto de la región.

Según sus estimaciones, el crecimiento económico de Japón caería un 0,5% este año, pero podría volver a crecer a partir de la segunda mitad del 2011 por el efecto de la reconstrucción.

Los daños causados por el terremoto y el tsunami, según el Banco Mundial, alcanzan los 235.000 millones de dólares, lo que supone el 4% del PIB japonés. Pero esta institución considera que el país podría volver a la normalidad en un plazo de cinco años, teniendo en cuenta cómo ha evolucionado el país en anteriores episodios que pueden servir de ejemplo, como el terremoto de Kobe.

El informe reconoce que los daños en infraestructuras han sido enormes, además del efecto producido por el paro en la producción de las grandes compañías del sector automovilístico y electrónico. Es precisamente esta producción destinada a la exportación la que se verá más afectada, ya que el noroeste del país era una importante zona portuaria.

El Banco Mundial recoge en esta actualización algunas conclusiones preliminares pero reconoce que todavía es muy pronto para hacer valoraciones detalladas y que la evolución del país dependerá también de cómo se resuelva la crisis nuclear desatada en la central de Fukushima.

Por su parte, el gobierno nipón prepara un plan para financiar la reconstrucción de las zonas más afectadas, con un presupuesto extraordinario destinado en primer lugar a las necesidades de emergencia. Este plan se empezaría aplicar el mes próximo, cuando se inicie el nuevo año fiscal nipón.

Por el momento, el gobierno ya ha invertido 430 millones de dólares en ayuda a los supervivientes, pero sólo para atender sus necesidades básicas. A partir de ahora, los fondos se empezarán a destinar a la reconstrucción de vías de comunicación, al suministro de agua, a los sistemas de alcantarillado o a facilitar a las pequeñas compañías que puedan retomar su producción.

En cuanto al efecto económico de esta catástrofe natural, según el Banco Mundial los países vecinos también puede verse afectados por una apreciación del yen, que incrementaría el valor de su deuda en esta divisa. En países como Tailandia la deuda en yenes supone el 60% del total.