Redacción
12/01/2011
La economía australiana se va a resentir de una de sus mayores catástrofes, las inundaciones en el estado de Queensland, donde las aguas han anegado
Brisbane, la tercera ciudad del país.
Los analistas no descartan que el PIB australiano se vea disminuido en un punto porcentual como consecuencia de los daños económicos consecuencia del desbordamiento de numerosos ríos es el este de la isla-continente. Así lo afirma Warwick McKibbin, miembro del consejo de gobernadores del Banco de la Reserva, el banco central australiano, según los medios de comunicación locales.
Miles de millones de dólares serán necesarios para reconstruir las infraestructuras destruidas, básicamente carreteras y sistemas de alcantarillado. Según las autoridades, algunas de estas infraestructuras deberán ser trazadas de nuevo puesto que, simplemente, han desaparecido arrastradas por las aguas.
Entre 70.000 y 90.000 kilómetros de carreteras del estado deberán ser reparadas cuando bajen las aguas, una
emergencia que va a retrasar dos o tres años los proyectos de construcción de nuevas infraestructuras en la zona.
El centro financiero de Brisbane se ha convertido en una ciudad fantasma y las autoridades han advertido que la totalidad de las zonas residenciales se van a ver afectadas.
La luz ha sido cortada para evitar cortocircuitos y se cree que alrededor de 127.000 abonados van a pasar al menos cuatro o cinco días sin suministro.
El balance de víctimas es de al menos doce muertos y decenas de desaparecidos, aunque la cifra definitiva no se podrá conocer hasta que no pase el pico del desbordamiento del río Brisbane y otras vías fluviales de la zona.
Más de 3.500 personas han sido forzadas a refugiarse en centros especiales habilitados por los equipos de emergencia y miles de habitantes del área se han marchado a casa de familiares o amigos en tierras más altas.
El nivel de las aguas en Brisbane supera el alcanzado en las peores inundaciones que se recuerdan, las de 1974.